Que una lluvia de blancura, de pacífica limpieza, cubra las urnas y vacíe el parlamento y los ámbitos del poder político de la maldad que atenta contra el bien común y la justicia. Y así:
1. No quiero teñir mi voto con la sangre de los niños asesinados antes de nacer.
2. No quiero dar mi voto a los verdugos de los desahuciados, de los pobres, de los débiles, de las viudas, de los huérfanos. Y de la clase media.
3. No quiero manchar mi voto con la suciedad de la usura económica y de la corrupción política.
4. No quiero que mi voto valide la derogación de la ley natural.
5. No quiero que mi voto contribuya a la destrucción de la familia y a la corrupción de la moral y de las costumbres.
6. Porque no quiero que la verdad se determine en un parlamento
7. Porque la mayor influencia de mi voto es la repercusión moral que tiene en mi conciencia.
8. Porque no quiero apoyar al régimen surgido en 1978, que ha destruido España y arrasado moralmente a su pueblo.
9. Porque, a veces, la Iglesia es parte o cómplice del estado liberal, económica y moralmente. Y por eso está decayendo en España y en Occidente.
10. Porque el mal menor es, a la larga, el mayor de todos los
males. Nunca se pacta con el mal, ni poco ni mucho.
11. Porque más vale una Iglesia prohibida, perseguida y mártir,
que una Iglesia liberal y acomodada al mundo.
12. Porque no quiero permitir que el estado eduque a nuestros hijos.
13. Porque no quiero que el estado, ningún estado, se convierta en un dios al que adorar.
14. Porque los derechos fundamentales de la persona no pueden separarse del bien común y de la salvación de las almas.
15. Porque no se puede servir a Dios y al dinero. Y porque mi conciencia no habita en mi bolsillo.
16. Porque tengo mandado amar a los enemigos, no puedo odiar ni ofender; pero tengo el deber de denunciar la injusticia, la mentira y la iniquidad.
17. Mi voto no irá a parar a manos de impíos, de mercaderes y de lacayos de organizaciones transnacionales.
18. Mi voto no contribuirá al triunfo de los mediocres y de los charlatanes. Ni al de la banca internacional.
19. Porque no quiero que mi voto conceda al César lo que es de Dios.
20. Y porque si doy a Dios lo que es de Dios, tengo que defender Sus derechos y los de su Santa Iglesia.