El siervo de Dios Felipe Rubio Piqueras había nacido en el pueblo conquense de Valera de Arriba, el 13 de septiembre de 1881. Fue infante de coro en la Catedral de Cuenca, desde noviembre de 1888 hasta septiembre de 1895. Tras realizar sus estudios en Uclés y en Cuenca, recibió la ordenación sacerdotal el 19 de marzo de 1904. Contaba 21 años de edad cuando opositó al órgano de la Catedral de Badajoz, el 21 de enero de 1903. Obtuvo dicho beneficio el 18 de abril, ejerciendo su ministerio hasta 1918.
Las primeras referencias a la música contenida en el archivo musical guadalupense proceden, según los estudios, del siervo de Dios: El archivo musical del Monasterio de Guadalupe, publicado en El Monasterio de Guadalupe, 252 (1933), pp. 36-37; 253 (1933), pp. 68-70; 270 (1934), pp. 231-232; 271 (1934), pp. 255-256; 273 (1934), pp. 21-23; y 277 (1935), pp. 85-87. También publica Cuatro libros de polifonía en el archivo de Guadalupe, en El Monasterio de Guadalupe, 230 (1931) y 231 (1931).
Era capellán del convento de San Antonio de Padua en la toledana calle santo Tomé. Don Felipe publica en El Castellano, del 6 de septiembre de 1934, un artículo titulado “Una antigua fundación toledana desaparecida”.
Allí podemos leer:
«Es tan triste y desolador el panorama español en los días actuales, que por necesidad hay que volver la vista a aquellos otros en que nuestros compatriotas, a base de una religiosidad profundamente sentida y practicada en la medida de su posición económica familiar o de clase social, todos, quien más, quien menos, miraban por el bien común como cosa pertinente a sí mismo en particular.
De ahí las mil y mil instituciones de religión, beneficencia, instrucción, etc., fundadas con largueza en ciudades, villas, pueblos y aldeas, en la nación entera, hecho en verdad que pasma. Aquellas generaciones de españoles amadores de Dios, del prójimo y de la Patria, sembraron a voleo el bien en formas mil para alivio de quienes sufrían pobreza, escasez o miseria, y con esas donaciones se formó el patrimonio de los pobres, cuidadosamente custodiado y acrecentado por la Iglesia.
He aquí una prueba de cuanto decimos, y para que nadie juzgue que hablamos de memoria:
“Esta capilla es de Antonio Hortiz baron en quien la caridad y nobleza resplandecieron. Fundo un mayorazgo de 330 mil maravedís de renta, que por muerte de Doña Quiteria Ortiz su nieta conforme a su disposición a gloria de Dios y utilidad de sus deudos se combirtio en una Hermandad de doce Hermanos para que lo distribuyesen en 4 capellanías en que se digan las misas cada día perpetuamente y casamientos de guerfanas y otras obras Pías. Murio en Balladolid a 22 de abril de 1598 años. Trasladose a esta Capilla domde descansa el año 1613”.
Tal reza a la letra, con su ortografía típica del siglo XVII, una lápida de grandes dimensiones, rectangular, existente en la iglesia conventual de San Antonio (religiosas franciscanas) de esta ciudad, redactada en caracteres dorados, renacientes sobre pizarra negra, perfectamente legibles».
Meses antes del alzamiento militar, en una fecha alrededor del 20 de marzo, el siervo de Dios fue enviado a la parroquia de Carmena directamente desde el Palacio Arzobispal. Este celebró la Misa, consumiendo las formas que quedaban en el sagrario. En ese mismo día al marcharse del pueblo fue groseramente insultado por las juventudes marxistas, que no llegaron a más, por la defensa del factor de la estación, que le ocultó y avisó a la Guardia Civil. Defendido por ésta consiguió subir al tren y poder regresar a Toledo (cfr. Juan Francisco RIVERA, La persecución religiosa, tomo II, p. 230).
Finalmente será el noveno sacerdote que caerá fusilado el 27 de julio de 1936. Antes de su detención, y mientras le conducían al martirio, refieren los testigos que iba repitiendo:
-Señor, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
En su mesa de trabajo quedó una composición que iba a presentar en un certamen de la Academia Mariana de Lérida. Y concluía la carta que dirigía a su presidente con estas exclamaciones: “¡Viva España! ¡Viva Cristo Rey!”.
En un artículo de Elías Tormo, titulado el Divino Morales (publicado en Museum. Revista mensual de arte español antiguo y moderno y de la vida artística contemporánea. Año V, nº 6, 19161917) al ofrecer unos datos, afirma: “todo esto, por documentos inéditos aportados a mi clase de Historia del Arte, por el alumno don Felipe Rubio Piqueras, presbítero, de dicha Catedral (de la de Badajoz)”. Elías Tormo, que fue ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, el año antes de la proclamación de la II República, era catedrático de Historia del Arte en la Universidad Central de Madrid de la que llegaría a ser rector, donde estudió Felipe Rubio Piqueras.
En 1918, tras oposiciones, pasó a ser organista de la Catedral Primada de Toledo.
En 1923 oposita para la cátedra de las siguientes asignaturas en la citadas universidades: Teoría de Literatura y de las Artes para la Universidad de Granada y para la Universidad de Salamanca; Historia antigua y media de España, con su acumulada Historia moderna y contemporánea para la Universidad de Santiago; Historia Universal antigua y media con su acumulada de Historia Universal moderna y contemporánea para la Universidad de Santiago; Arqueología y Paleografía con su acumulada de Numismática y Epigrafía de la Universidad de Santiago y de la Universidad de Valladolid.
Compositor y musicólogo, contribuyó decididamente a la renovación de la música sacra hispana a raíz del Motu Proprio de San Pío X.
Escribió mucho y de temas variados.
En 1919, publica ¿Es compatible el realismo del Quijote con la verdadera moralidad? Estudio crítico-filosófico-artístico. Ese mismo año ve la luz: El Latín en la Edad Media: apuntes para su estudio a base del en que está escrito el Fuero de Cuenca.
Se conservan varios trabajos del siervo de Dios publicados en Toletum, revista de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo:
Música y músicos toledanos. Documentos tomados de los libros de actas capitulares de Toledo para un estudio sobre la estancia del compositor Cristóbal Morales en la Catedral de Toledo (1922).
Códices Polifónicos de la Santa Iglesia Catedral Primada de Toledo (1924).
Episcopologio Toledano. Notas epigráficas para su estudio (1929).
En la revista Tesoro Sacro-Musical publica El archivo musical de la catedral de Toledo. La riqueza de España en Música Polifónica (1927 y 1929); La escuela polifónica flamenca en Castilla y Andalucía (Año XIV. Núm. 12. Madrid, diciembre. 1930); La Virgen María en el arte Musical (Año XV. Núm. 2. Madrid, febrero. 1931). Los antiguos Colegios de Infantes de Coro. El de San José, de la Catedral de Cuenca (Año XV. Madrid, 1931). Organistas de la Catedral de Toledo en el siglo XIX (Año XVIII. Núm. 2. Madrid, Febrero 1934).
En la revista España Sacro-Musical de Barcelona publica Técnica transcriptora de la gráfica tradicional (Año II. Núm. XVII. Barcelona, 1931).
Armonizó la popular canción mariana, de autor anónimo: Es más pura que el sol, más hermosa / que las perlas que ocultan los mares. /Ella sola, entre tantos mortales, / del pecado de Adán se libró. / “Salve, salve”, cantad a María, / “que más pura que tú, sólo Dios. / Y en el Cielo una voz repetía: / “Más que Tú sólo Dios, sólo Dios” (Cfr. JOSÉ GONZÁLEZ ALONSO, CMF, Repertorio de cánticos sagrados, vol II, canción nº 351 –armonización de FELIPE RUBIO PIQUERAS-, Coculsa, 5ª ed, Madrid 1946, pg. 801).
En 1918, tras oposiciones, pasó a ser organista de la Catedral Primada de Toledo.
En 1923 oposita para la cátedra de las siguientes asignaturas en la citadas universidades: Teoría de Literatura y de las Artes para la Universidad de Granada y para la Universidad de Salamanca; Historia antigua y media de España, con su acumulada Historia moderna y contemporánea para la Universidad de Santiago; Historia Universal antigua y media con su acumulada de Historia Universal moderna y contemporánea para la Universidad de Santiago; Arqueología y Paleografía con su acumulada de Numismática y Epigrafía de la Universidad de Santiago y de la Universidad de Valladolid.
Compositor y musicólogo, contribuyó decididamente a la renovación de la música sacra hispana a raíz del Motu Proprio de San Pío X.
Escribió mucho y de temas variados.
En 1919, publica ¿Es compatible el realismo del Quijote con la verdadera moralidad? Estudio crítico-filosófico-artístico. Ese mismo año ve la luz: El Latín en la Edad Media: apuntes para su estudio a base del en que está escrito el Fuero de Cuenca.
Se conservan varios trabajos del siervo de Dios publicados en Toletum, revista de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo:
Música y músicos toledanos. Documentos tomados de los libros de actas capitulares de Toledo para un estudio sobre la estancia del compositor Cristóbal Morales en la Catedral de Toledo (1922).
Códices Polifónicos de la Santa Iglesia Catedral Primada de Toledo (1924).
Episcopologio Toledano. Notas epigráficas para su estudio (1929).
En la revista Tesoro Sacro-Musical publica El archivo musical de la catedral de Toledo. La riqueza de España en Música Polifónica (1927 y 1929); La escuela polifónica flamenca en Castilla y Andalucía (Año XIV. Núm. 12. Madrid, diciembre. 1930); La Virgen María en el arte Musical (Año XV. Núm. 2. Madrid, febrero. 1931). Los antiguos Colegios de Infantes de Coro. El de San José, de la Catedral de Cuenca (Año XV. Madrid, 1931). Organistas de la Catedral de Toledo en el siglo XIX (Año XVIII. Núm. 2. Madrid, Febrero 1934).
En la revista España Sacro-Musical de Barcelona publica Técnica transcriptora de la gráfica tradicional (Año II. Núm. XVII. Barcelona, 1931).
Armonizó la popular canción mariana, de autor anónimo: Es más pura que el sol, más hermosa / que las perlas que ocultan los mares. /Ella sola, entre tantos mortales, / del pecado de Adán se libró. / “Salve, salve”, cantad a María, / “que más pura que tú, sólo Dios. / Y en el Cielo una voz repetía: / “Más que Tú sólo Dios, sólo Dios” (Cfr. JOSÉ GONZÁLEZ ALONSO, CMF, Repertorio de cánticos sagrados, vol II, canción nº 351 –armonización de FELIPE RUBIO PIQUERAS-, Coculsa, 5ª ed, Madrid 1946, pg. 801).
Las primeras referencias a la música contenida en el archivo musical guadalupense proceden, según los estudios, del siervo de Dios: El archivo musical del Monasterio de Guadalupe, publicado en El Monasterio de Guadalupe, 252 (1933), pp. 36-37; 253 (1933), pp. 68-70; 270 (1934), pp. 231-232; 271 (1934), pp. 255-256; 273 (1934), pp. 21-23; y 277 (1935), pp. 85-87. También publica Cuatro libros de polifonía en el archivo de Guadalupe, en El Monasterio de Guadalupe, 230 (1931) y 231 (1931).
Era capellán del convento de San Antonio de Padua en la toledana calle santo Tomé. Don Felipe publica en El Castellano, del 6 de septiembre de 1934, un artículo titulado “Una antigua fundación toledana desaparecida”.
Allí podemos leer:
«Es tan triste y desolador el panorama español en los días actuales, que por necesidad hay que volver la vista a aquellos otros en que nuestros compatriotas, a base de una religiosidad profundamente sentida y practicada en la medida de su posición económica familiar o de clase social, todos, quien más, quien menos, miraban por el bien común como cosa pertinente a sí mismo en particular.
De ahí las mil y mil instituciones de religión, beneficencia, instrucción, etc., fundadas con largueza en ciudades, villas, pueblos y aldeas, en la nación entera, hecho en verdad que pasma. Aquellas generaciones de españoles amadores de Dios, del prójimo y de la Patria, sembraron a voleo el bien en formas mil para alivio de quienes sufrían pobreza, escasez o miseria, y con esas donaciones se formó el patrimonio de los pobres, cuidadosamente custodiado y acrecentado por la Iglesia.
He aquí una prueba de cuanto decimos, y para que nadie juzgue que hablamos de memoria:
“Esta capilla es de Antonio Hortiz baron en quien la caridad y nobleza resplandecieron. Fundo un mayorazgo de 330 mil maravedís de renta, que por muerte de Doña Quiteria Ortiz su nieta conforme a su disposición a gloria de Dios y utilidad de sus deudos se combirtio en una Hermandad de doce Hermanos para que lo distribuyesen en 4 capellanías en que se digan las misas cada día perpetuamente y casamientos de guerfanas y otras obras Pías. Murio en Balladolid a 22 de abril de 1598 años. Trasladose a esta Capilla domde descansa el año 1613”.
Tal reza a la letra, con su ortografía típica del siglo XVII, una lápida de grandes dimensiones, rectangular, existente en la iglesia conventual de San Antonio (religiosas franciscanas) de esta ciudad, redactada en caracteres dorados, renacientes sobre pizarra negra, perfectamente legibles».
Meses antes del alzamiento militar, en una fecha alrededor del 20 de marzo, el siervo de Dios fue enviado a la parroquia de Carmena directamente desde el Palacio Arzobispal. Este celebró la Misa, consumiendo las formas que quedaban en el sagrario. En ese mismo día al marcharse del pueblo fue groseramente insultado por las juventudes marxistas, que no llegaron a más, por la defensa del factor de la estación, que le ocultó y avisó a la Guardia Civil. Defendido por ésta consiguió subir al tren y poder regresar a Toledo (cfr. Juan Francisco RIVERA, La persecución religiosa, tomo II, p. 230).
Finalmente será el noveno sacerdote que caerá fusilado el 27 de julio de 1936. Antes de su detención, y mientras le conducían al martirio, refieren los testigos que iba repitiendo:
-Señor, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
En su mesa de trabajo quedó una composición que iba a presentar en un certamen de la Academia Mariana de Lérida. Y concluía la carta que dirigía a su presidente con estas exclamaciones: “¡Viva España! ¡Viva Cristo Rey!”.