Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día. 

UNA SIESTA COMPLICADA

El otro día, mientras dábamos clase, empezamos a oír ruidos extraños en la sala. Nos pusimos a buscar y descubrimos que el ruido salía... ¡de la caja de las tortugas! No sé si recordarás a Dimi y sus compañeras... Ahora no aparecen mucho en el reto, ya que están durmiendo. Este año, para su larga siesta, las metimos en una caja y las llevamos a la sala de la gloria, para que no pasasen frío. No os voy a engañar: estaba totalmente convencida de que eso de la hibernación era cosa sencillísima. Nada, se cierra el chiringuito y asunto resuelto hasta la primavera. 

Pues va a ser que no es tan fácil... las pobres estaban moviéndose como locas, pero con los ojos totalmente cerrados. Ante esto, investigamos a ver qué les pasaba. 

Nada más empezar a leer, nos encontramos una advertencia que decía que, "evidentemente", cuando una tortuga se duerme no hay que meterla en una caja y olvidarse de ella hasta la vuelta del buen tiempo (Uuups...). Tras la kilométrica lista de advertencias y recomendaciones, las tortugas acabaron en una habitación sin calor, con un termómetro al lado, y una servidora yendo a visitarlas para comprobar... que siguen durmiendo a pata suelta. 

Hoy el reto del amor es cuidar a alguien. Y, ¿sabes quién ha sido el primero en cumplir este reto? ¡¡Cristo!! En su Palabra leemos: "El Señor te guarda a su sombra... de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche." (Sal 120) Él siempre está a tu lado, protegiéndote. ¡Ni siquiera cuando duermes deja de velar por ti! 

Justo el mismo día que trasladé a las tortugas, una amiga me llamó por teléfono sólo para pedirme que orara por ella. Al despedirse, me dijo: 
-Por favor, cuídame mucho...

Sentí que aquello era un guiño del Señor. Igual que Él nos cuida en todo momento, también nos regala que nosotros cuidemos a otros. Aunque estén muy lejos, aunque no se den cuenta porque están "dormidos", como las tortugas. No dejes a esa persona abandonada en una caja hasta que lleguen tiempos mejores. 

Pregúntale a Cristo quién de tu alrededor necesita más cuidados. Ora por él o ella y deja que el amor de Cristo llene tu corazón para, juntos, permanecer a su lado. ¡Feliz día!

VIVE DE CRISTO