Hay varias maneras de consagrarse al Señor. Una puede ser la consagración personal sin más. Pero me voy a referir a la consagración al Señor dentro de un grupo oficial dentro de la Iglesia. Concretamente, a la Vida Contemplativa, a la Vida Apostólica, a los Institutos Seculares, y a la Virginidad Consagrada, proponiendo cuatro ejemplos que de alguna manera indiquen la diferencia entre estas distintas consagraciones. No sé si acertaré del todo, pero de algo pueden servir.
Jesús quiere congregar en una familia a todos los hijos dispersos. Para ello ha dado ya su vida; no puede dar más. Se ha desposado con la Iglesia y ésta debe relacionarse con Él como esposa, amándole como esposo y cumpliendo la misión que Jesús ha recibido de aunar a todos los hijos de Dios en una gran familia. Es la misión de la Iglesia; la misma misión de Jesús.
A) VIDA CONTEMPLATIVA
En la vida contemplativa está la Iglesia presente ante el esposo. Lo que hacen las consagradas como tales, lo hacen en nombre de la Iglesia esposa. La esposa, está junto a Jesús, esposo. Le escucha, le habla, le admira, le da gracias, le alaba, lo contempla, le pide... Es la esposa que está con el esposo. Simplemente, que está con Él.
B) VIDA APOSTÓLICA
En la vida apostólica, el esposo anima a su esposa y la envía como diciéndole: cuida de nuestros hijos; de los de dentro y de los de fuera. Que todos vean la vida de familia que llevamos en la casa, que vean que nos queremos, que se sienten queridos, que se sientan atraídos a vivir en nuestro clima familiar: que hay amor entre todos; enséñales cómo es nuestra vida de familia; anímales con tu ejemplo y con tu testimonio para que aprecien nuestra familia y se integren en ella. Es la Iglesia actuando en la vida religiosa activa.
C) INSTITUTOS SECULARES
El esposo envía a su esposa a encontrarse con los hijos que están fuera de la casa. Viene como a decirle: estate con ellos; sé como ellos; vive entre ellos; trabaja entre ellos; ten sus mismas profesiones; estate atenta a captar cuáles son las dificultades que tienen para desarrollar la vida familiar; sobre todo, que se sientan queridos; que tu ayuda les haga percibir que hay una familia que les quiere; ve a las escuelas, o a las madres solteras, o a las aldeas, o a las barriadas, o a las chicas del arroyo, o a las misiones... Es la esposa actuando por medio de los Institutos Seculares.
D) VÍRGENES CONSAGRADAS
Tienen la particularidad de que sólo hacen el voto de castidad y que entre ellas no forman ninguna institución sino que dependen del obispo como todos los cristianos.
El esposo le dice a la esposa lo mismo que en el caso anterior, no le señala ningún campo concreto, sino que todos se encuentren a gusto en la familia eclesial; que los que vengan de fuera deseen quedarse y que los que están dentro no quieran marcharse. Haz lo que sea. Y date una vuelta para encontrarte con alguno de nuestros hijos. Diles que les quiero y que les espero: Es la esposa actuando por medio del Orden de las Vírgenes.
No sé si será muy exacto o no, el ejemplo. Pongo otro de tipo laboral; no sé si lo aclarará o lo enturbiará. El esposo ha montado una empresa familiar que es la Iglesia. Todos los miembros de la familia tienen una misión en la empresa. ¿Cuál es la misión de la esposa? Puede ser:
a) Estar con el esposo escuchándole y aprendiendo de sus experiencias y de sus dificultades, agradeciéndole todo lo que ha hecho, atendiéndole... Es la vida contemplativa.
b) La segunda actitud de la esposa: tomar por su cuenta la empresa, responsabilizarse de ella, hacerla rendir para la familia... Es la vida religiosa activa.
c) En el caso de los Institutos Seculares, la esposa, para apoyar la empresa familiar se ha buscado un empleo y sale a trabajar fuera de casa para sacar adelante a la familia.
d) Y las Vírgenes Consagradas son las que salen a trabajar a lo que salga. Unos días harán un trabajo, otros, otro.
La actitud que se describe en cada uno de los cuatro estamentos no es que sea exclusiva de cada uno de ellos, porque la esposa hace de todo; se trata del acento que cada uno ha de poner para que, con la colaboración de todos los carismas, surja la gran esposa sin mancha ni arruga que es la Iglesia.
José Gea