Escuché el pasado jueves un seminario en la universidad donde trabajo. El profesor invitado nos hablaba de la creciente disfunción entre los recursos que consumimos y los disponibles en nuestro planeta. Se detenía particularmente en el caso de la energía, mostrando cómo las reservas de combustibles fósiles disponibles son cada vez más remotas y, por tanto, más difíciles y caras de explotar, además de seguir contribuyendo a realzar el efecto invernadero que puede sumirnos en una situación futura de colapso climático.
Coincido en la mayor parte de lo que allí se presentó, pero una vez más tuve la impresión de que la crítica al modelo económico actual no culmina con una propuesta de alternativas realistas. Estoy convencido de que este modelo económico y social es inviable, tanto ambientalmente como humanamente: ni es amigable con la Tierra, ni con nosotros mismos (en el fondo las dos cosas van de la mano). El problema que siempre me planteo al leer o escuchar hablar de estos temas es qué hacer al respecto. Me parece que las propuestas que se plantean no son viables por ser, a mi modo de ver, simplistas, utópicas o inviables. Resumiendo las cosas, me parece que las alternativas que suelen plantearse van en las siguientes direcciones (no necesariamente contrapuestas, a veces inclusivas):
1. Cambiar el sistema económico capitalista por otro, pero no se sabe bien cuál, pues obviamente el sistema marxista no sólo ha sido nefasto para la libertad de las personas, sino también ha llevado consigo daños ambientales descomunales (basten de ejemplo, entre otros miles, Chernobyl o la presa de las Tres Gargantas). ¿Hay algún sistema económico realmente alternativo al capitalismo? ¿Cuándo se habla de capitalismo, se habla del capitalismo financiero, del de mercados, del social, del de estado, o simplemente se está uno refiriendo al egoísmo-avaricia que guía muchas veces el sistema económico actual?
2. Volver al periodo pre-industrial, en donde supuestamente nuestro impacto en los recursos era menor. Me temo que esto es recuperar el "mito del buen salvaje", algo trasnochado ya. Evidentemente los pueblos indígenas aportan un tesoro invalorable de sabiduría del que debemos aprender, además de respetar sus formas de vida, particularmente frente a la agresión de quienes vulneran sus derechos de tierra, pero creo que no tiene sentido plantear un retorno del tiempo. Además, no seamos simplistas: el equilibrio de las sociedades pre-industriales con el ambiente también ha tenido momentos de crisis, como documentan algunos especialistas (extinción de grandes mamíferos en América tras la entrada de las primeras poblaciones humanas, colonización de Oceanía, final de la cultura Maya...).
3. Eliminar población. Si el problema es un consumo excesivo de recursos, la solucion pasaría por eliminar a las personas que los consumen. Esto es lo que se conoce como ecologismo antihumanista. Alguien tan estimado como Jacques Cousteau llegó a afirmar que: "La población mundial debe estabilizarse, pero para lograr esto tendríamos que eliminar a 350.000 personas cada día. Es un planteamiento tan horrible que no deberíamos ni mencionarlo. Pero la situación en la que nos encontramos es lamentable". Los partidarios de esta postura no dicen, claro está, como hacerlo, ni a quien eligirían para acumular esa cifra. Además, suele responsabilizarse del crecimiento mundial de la población a los países en desarrollo, que tienen tasas más altas de natalidad, pero naturalmente no dicen nada de los recursos que utilizan ellos, frente a los que usamos en países desarrollados. Si comparamos la huella ecológica de India y EE.UU., por ejemplo, la población de este último sería equivalente a casi tres veces la de la India, que tiene cuatro veces más población en números absolutos.
¿Qué hacer entonces? Permitidme el suspense, pero como la entrada me ha quedado un tanto larga, me reservo para aportar algunas ideas sobre la "conversión ecológica" que esta sociedad necesita en la siguiente.