Para los palestinos “moderados” de la Autoridad Palestina la religión “es” muy importante, más aún, la identidad del clan y la fe “siempre” fueron fundamentales para ellos. Tanto es así que quien habla del Medio Oriente y no se especializa en Islam como parte fundamental de la identidad tribal local habla de muchas cosas… pero no del Medio Oriente. Las premisas islamistas no son ajenas a los valores impulsados por los moderados de Ramallah. Más aún, son esenciales a la hora de conceptualizar la naturaleza del conflicto.
Si para los “moderados” el conflicto es fundamentalmente religioso, para los islamistas del Hamás se trata del componente supremo. El analista y columnista Dr. Issam Shawer publicó en el portal del Hamás la crónica “La Revolución de la ira contra los crímenes del ocupante y los complots occidentales” (6/11/2014) en donde afirma de forma contundente: “Voces palestinas y árabes advierten que la guerra religiosa podría estallar en la región a causa de lo que ellos llaman “las violaciones israelíes” pero nosotros mantenemos y creemos que nuestra batalla contra el ocupante es fundamentalmente religiosa, no geográfica, no histórica o económica.
La postura islamista se basa en cuatro rechazos fundamentales: 1) Para el islam radical el judaísmo es una religión y de ninguna forma es una identidad nacional. El judaísmo; para el Hamás, Hezbollah o ISIS; no es un pueblo sino que es una religión, 2) Para el islamismo, el judaísmo es un religión falsa (como el cristianismo) y ellos han malversado (como lo hizo el cristianismo) la palabra sagrada y su falsedad debe ser reemplazada y borrada (sustitución), 3) La entidad judía, afirman, ocupa una tierra santa en donde, en el pasado, se ha impuesto la shaarya como ley oficial. Esa tierra se conoce como Dar el-Islam (la casa del Islam) siendo que ningún musulmán tiene derecho a renunciar a la tierra permitiendo la existencia de un país Yahiliyco (infeccioso) en la zona del Islam, 4) Existen lugares santos que pertenecen a cada musulmán, ya sean las generaciones pasadas o las futuras. Son propiedad del Islam o Waqf al-Islam. Los judíos ocupan Jerusalem y los lugares santos para el Islam como la mezquita de Al-Aqsa que también es Waqf al-Islam.
Para las autoridades supuestamente laicas (Fatah-OLP-Autoridad Palestina) y para el Hamás el conflicto es fundamentalmente religioso. Para la contundente mayoría de la población palestina también. Por lo tanto, argumentar que los judíos están transformando al conflicto en uno religioso cuando para ellos hace tiempo que ya lo es puede convencer a los demonizadores de siempre o a las personas poco informadas sobre la naturaleza del medio oriente.
Una moderación de los componentes radicales musulmanes acercará a la consecución de un acuerdo de paz entre los palestinos y los israelíes.
Pasemos al lado israelí. Para la mayoría de los israelíes suponer y afirmar que el conflicto con los palestinos es “religioso” es algo descabellado y hasta fatal. El presentador del programa nocturno del Canal 2 israelí se burlaba del tema tras comunicar cierta noticia ligada al tema, concluyendo con un cínico: “Pasemos rápidamente a otro tema antes que el conflicto se convierta en… religioso”.
Buena parte de los israelíes suponen que porque “para ellos” el conflicto de ninguna manera es religioso entonces por definición el conflicto no lo es. Los israelíes consideran que el conflicto con sus vecinos es fundamentalmente territorial. En otras palabras, consideran que si se entregasen los territorios exigidos entonces se podría llegar a un tipo de acuerdo y entendimiento con los palestinos. Esta premisa sustentó, en parte, las decisiones de la retirada unilateral de Israel del sur del Líbano (que no contentó a los radicales del Hezbollah) y tampoco la retirada unilateral de la Franja de Gaza (que en absoluto contentó a los radicales del Hamás). Parte de la izquierda en Israel asume, equivocadamente, que no se contentaron justamente porque las retiradas fueron “unilaterales” y no concertadas con los vecinos. Para esa parte de la izquierda los valores y argumentos religiosos del Hamás y del Hezbollah son menospreciados justamente porque ellos los menosprecian en su vida personal (y todo el derecho tienen a hacerlo).