El orgullo de clase de la presidenta tiene una base sociológica. Como Andalucía es el lugar común de la miseria, aquí se compite por ver quien cuenta con parientes más humildes. Puede estar tranquilo don Juan Carlos, que desde esta región no surgirán demandas de supuestos hijos ilegítimos. Si se puede proceder de un siervo de la gleba ¿quién quiere se consanguíneo de un Borbón? No es que el andaluz prefiera ser aparcero a terrateniente, pero los gobernantes socialistas le han enseñado que el subdesarrollo dignifica al hombre y que PIB es una sigla de derechas.