"Puesto que eres tibio, y no frio ni caliente, te vomitaré de mi boca" (Ap 3,16). Señor Bono, se puede defender ser socialista y católico, pero de ninguna manera se puede ser del PSOE y pretender ser católico de verdad. Hay quien dice que Cristo inventó el socialismo, pero vino el PSOE y lo fastidió. Nosotros más bien decimos, con la ex senadora socialista Mercedes Aroz, que no tiene sentido la expresión "cristianos por el socialismo", sino "cristianos por el Evangelio". ¿Alguien se atreve a negar que la Iglesia ha sido siempre la mayor defensora de la clase obrera? Supongo que los que últimamente quieren cambiar la historia también intentarán convencernos de otra cosa, pero, como siempre, la verdad prevalecerá sobre la mentira, aunque la repitan, la repitan, y la repitan por sus medios de comunicación. En una entrevista a La Razón, usted, señor Bono, intenta defender lo indefendible. ¿Realmente cree que puede un católico ser abortista, promover la eutanasia, llamar matrimonio a dos gays que se juntan, estar casado varias veces, e ir contra la Iglesia casi constantemente? A no ser, claro, que su modelo de catolicismo sea el que promueven en San Carlos Borromeo, donde comulgó ud. con pan fermentado, junto a Zerolo y a Wyoming, de manos de sacerdotes a los que, inexplicablemente, nadie ha suspendido aún ad divinis. Ha surgido un partido político que, en apariencia, combina verdaderamente el socialismo y el catolicismo. Se llama SAin y lo único que hacen es seguir la doctrina social de la Iglesia. Si es verdad que, como usted dice, millones de votantes del PSOE son católicos, SAin puede ser una verdadera alternativa al PSOE. Por la purificación de la democracia, desde aquí les deseamos mucho éxito. Eduardo Palanca