Lo repito, porque ya lo he dicho en otras ocasiones, creo que uno de los mayores estudiosos de datos definitivos e historias de muertes violentas durante los días de la Guerra Civil es José Manuel Ezpeleta. Ex-piloto y miembro de la Hermandad de Paracuellos de Jarama. Su abuelo, Francisco de Ezpeleta, teniente coronel de Caballería retirado fue asesinado el 7 de noviembre de 1936.

Ezpeleta es sin duda el mayor experto en la persecución religiosa en Madrid durante la Guerra Civil. Tiene documentadas 26.000 personas asesinadas bajo el régimen del Frente Popular por muchos conceptos, entre ellos miles de sacerdotes, religiosos y laicos muertos por su fe. Solo en Paracuellos de Jarama, José Manuel Ezpeleta tiene localizados los restos mortales de 4.750 personas, 3.950 que fueron asesinadas en ese lugar y los de otras 800 víctimas, traídos de otros lugares e inhumados en el cementerio de Paracuellos, después de la guerra.

En 2018 el profesor Javier Paredes en su programa Marcando el Norte le grabó una serie de siete programas para HM Televisión. Aquí el primero de los siete:

Hoy se ha puesto en contacto conmigo para comentar la entrada de ayer. Lo cual para el que escribe es muy satisfactorio. No solo por ser leído, sino por ser corregido. Lo que más me interesa es la verdad.

Primera afirmación. NUNCA SE SABRÁ EL NÚMERO EXACTO DE VÍCTIMADOS. Los que trabajamos en esto tenemos a mucha gente perdida... No se sabe que pasó con ellos, no se sabe dónde los asesinaron, dónde yacen sus cuerpos...

Segunda afirmación. LOS LISTADOS CONTIENEN MUCHOS ERRORES. Los religiosos por ejemplo, porque a veces aparecen con los nombres de religión, en otros con los civiles. Algunos son religiosos y a la vez recibieron el orden sacerdotal, son sacerdotes pero no curas de parroquias... pero, a veces, sus nombres se mezclan.

Tercera afirmación. La complejidad de nombres compuestos (a veces, aparecen separados, como si la segunda parte del compuesto fuera el segundo apellido) o la repetición de apellidos comunes: López, García, Rodríguez...

Cuarta afirmación: respecto a la cifra de la basílica de la Gran Promesa de Valladolid de 113.178 caídos por Dios y por España. Por una parte, hay mucha gente en los primeros listados que se dieron por muertos, y hay declaraciones de 1940, por ejemplo, afirmando lógicamente que están vivos... ATENCIÓN a la afirmación: son muchos menos de esos 113.178 aparecidos en esas listas (y está comprobado) PERO, SIN EMBARGO, SON MUCHOS LOS QUE FALTAN. O eso que los números son mucho más elevados.

Y quinta afirmación. Sin embargo, si con el concienzudo trabajo de Ezpeleta él ya reconoce que hay  SOLO EN MADRID documentadas 26.000 personas asesinadas bajo el régimen del Frente Popular, por lógica el número de 113.178 caídos se dispararía a una cifra bastante más superior.

Ayer quise recordar a Ricardo de la Cierva porque ocupa su lugar entre aquellos que investigamos sobre este tema. Seguiremos trabajando... y corrigiendo cifras. Por ejemplo, ayer terminábamos recordando las cifras que se siguen dando por oficiales:

En España, en la retaguardia del bando republicano, en los días de la persecución religiosa se asesinó a 4.184 sacerdotes, 2.365 frailes y religiosos, 283 monjas y más de 3.000 seglares. En total, unos 10.000 muertos por el delito de ser católicos y no renegar de ello.

Y, sin embargo, ya sabemos que son más religiosas (había algunas que no lo eran, había otras que no habían muerto y hay más de las 283. Exactamente 297:

Seguimos ajustando las cifras: 297 religiosas asesinadas - ReL (religionenlibertad.com)

TOLEDO, POR PONER, UN EJEMPLO

Entre los seglares que podían pasar a engrosar el listado de los seglares mártires esta Fidel Galán Rojo, hombre querido por todos los que lo trataban, pero que ofrece en cambio a los milicianos un detalle más que “suficiente” para justificar el crimen. Su delito es que vive de su trabajo artesano como cerero, nutriendo de velas a parroquias y cofradías. De cuarenta y dos años y natural de la ciudad Imperial, lo apresaron en San Cipriano a las once de la noche del 3 de agosto de 1936 y poco antes de llegar al paseo del Tránsito lo sacrificaron. Delito: su oficio, cerero.

Segundo caso. Natural de Alcabón (Toledo) pero residiendo en la capital Domingo Campos Garrido era un humilde zapatero. Los marxista lo odiaban, porque sabían que había logrado reunir un pequeño capital en los largos años de su oficio. Era muy conocido en Toledo porque figuraba en las Juntas Directivas de muchas Cofradías y asociaciones piadosas. El día de su asesinato lo obligaron a llevar un cirio encendido en la mano para mofarse de él, hasta el Paseo del Tránsito, donde lo fusilan. Fue el 12 de agosto de 1936, tenía sesenta años.

Tercer caso. Un joven. Su delito: ser el repartidor del Buen Amigo

El mártir de El Buen amigo

Quiero reseñar el caso de un joven de Consuegra (Toledo) asesinado también en los primeros días del mes de agosto. Se trata del joven Ricardo López Palomino, asesinado con 18 años. Pertenecía a una familia humilde, ayudaba a su padre en una sencilla carpintería.

Significado ante el pueblo por su labor en la parroquia, Ricardo era el encargado de distribuir “El Buen amigo”.

[Periódico religioso fundado, en 1922, por el sacerdote toledano Federico González Plaza. Primero fue quincenal y luego semanal, aumentado considerablemente en pocos años hasta el punto de ser considerado “el mejor periódico popular de los que se publicaban en España”. Su agilidad, baratura y adaptación a la mentalidad del campesino hicieron de este periódico el instrumento de mayor culturización rural, en el que aprendieron a leer muchos labriegos. El éxito de El Buen Amigo estimuló la creación de otros boletines aunque no llegarían a alcanzarle en número de ejemplares y constancia. Algunos testimonios del clero rural lo confirman: el párroco de Belvís ponderaba la eficacia de estas hojas que repartía entre el campesinado, sea al final de la misa dominical, sea de casa en casa, subrayando que realmente lo leían. El de Escalona aludía al éxito de El Buen Amigo precisamente entre la clase trabajadora. El párroco de Las Herencias lo utilizaba como instrumento de culturización y todo el clero se sirvió de estas hojas para contrarrestar la propaganda impresa anticlerical y antirreligiosa].

Por eso, sin duda, es justo reconocer a Ricardo López Palomino, asesinado en plena calle, ante el convento de las MM. Carmelitas, el 9 de agosto de 1936, al mártir de “El Buen Amigo”. En el pueblo así se cuenta y, a pesar de no tener más datos, se le tiene como verdadero mártir.

Finalmente, pueden descargarse este libro con nuestros seglares de Toledo. Los que están en procesos y de otros muchos que deseamos conservar sus relato.

llamados_santidad.pdf (cardenaldonmarcelo.es)

Lo último en lo que hemos coincidido con Ezpeleta es que el número de 3.000 seglares mártires, ambos consideramos, que puede doblarse hasta seis mil.