JOSEPH A. RATZINGER
Nació en Marktl am Inn, en la Baviera alemana, el 16 de abril de 1927, en la casa de sus padres. Fue bautizado el mismo día en que nació, un sábado de Gloria, en la Diócesis de Passau. Es el tercero de los hijos y el más joven. Su padre, un oficial de policía, falleció en 1959. Su madre, María Reiger, en febrero de 1963. Su hermano, George Ratzinger, nacido en 1923 y también sacerdote, aún vive. Y su hermana María Ratzinger, nacida en 1921, quien nunca se casó, administró la casa del Cardenal Ratzinger hasta su muerte ocurrida en 1991.
Dos años después del nacimiento de Joseph Ratzinger, su familia se mudó a Tittmoning, y en 1932 se mudó de nuevo a Dashau am Inn. Todas estas mudanzas se debieron principalmente a la profesión de su padre y a sus destinos policiales. Fue en esta última ciudad donde Joseph vivió su época escolar durante la década de los 30, después de fortalecimiento del nacionalsocialismo. El padre de Joseph compró una pequeña casa de campo en un lugar llamado Trunstein, a unos 30 kms. de Salzburgo, lugar que ha sido recordado siempre por Joseph Ratzinger como el verdadero hogar de su familia.
En 1939 Joseph entró en el seminario menor, con 12 años de edad. Posteriormente, desde 1946 hasta 1951, Ratzinger estudió Teología Católica y Filosofía en la Universidad de Freising y también en la de Munich y Friburgo. Junto con su hermano George, el 29 de junio de 1951 fue ordenado sacerdote en la Catedral de Freising y celebró su primera misa en la parroquia de San Oswaldo, en Fraunstein, y el 30 de julio de 1951, celebró misa junto con su hermano George en Rimsting, lugar en donde su madre había nacido. El 24 de marzo de 1077 Ratzinger fue consagrado Obispo de Munich y Freising, y el 27 de junio del mismo año Pablo VI le nombró Cardenal. Durante el Sínodo de Obispos de 1977 dedicado al tema de la catequesis, se produjo su primer encuentro con Karol Wojtyla, después de muchos años de intercambiar con él correspondencia, ideas y libros.
Joseph Ratzinger comenzó a ser conocido intelectualmente al participar en el Concilio Vaticano II como asesor teológico del Cardenal Josef Frings, y en 1981 fue llamado a Roma para ser Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe por el Papa Juan Pablo II, quien años más tarde, en el 2002, le nombró decano del Colegio Cardenalicio y, como tal, cardenal y obispo de Ostia. Como Cardenal Decano, Ratzinger presidió los funerales del Papa Juan Pablo II, y a los pocos días, el 19 de abril del 2005, fue elegido Papa con el nombre de Benedicto XVI.
Ratzinger habla diez idiomas, de los cuales domina seis de ellos: alemán, italiano, francés, inglés, español y latín. Además lee el griego antiguo y el hebreo. Es miembro de varias academias científicas de Europa, y ha recibido ocho doctorados ‘honoris causa’ de diferentes universidades. Es un experto pianista y su compositor favorito es Mozart. A principios del 2013 Ratzinger renunció a su cargo como Papa Benedicto XVI y le sucedió el Cardenal Jorge Mario Bergoglio, quien adoptó el nombre de Francisco I, pasando Ratzinger a ser el Papa Emérito Benedicto XVI en febrero del 2013.
LAS ACUSACIONES
Apenas elegido como Pontífice, los bulos, mitos y leyendas negras contra Benedicto XVI se dispararon por todo el mundo. Destacamos aquí las más importantes, así como el argumento de refutación de las mismas.
1.- El Papa fue nazi.
Es la acusación más fácil de hacer y la más llamativa, pero muy alejada de la verdad.
En 1939 Joseph Ratzinger entró en el seminario menor y, al mismo tiempo, fue inscrito obligatoriamente en las Juventudes Hitlerianas, a pesar de que la dirección del seminario se negó, pero luego no puedo impedir la inscripción de todos los estudiantes. Un testigo relató al periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung que los seminaristas eran una provocación para los nazis, ya que se les consideraba sospechosos de estar en contra del régimen.
A los 16 años Joseph fue llamado a filas, como tantos jóvenes de las Juventudes Hitlerianas que fueron militarizados. Eran los llamados ‘Flakhelfer’, los ayudantes de artillería antiaérea. Se les destinó a la protección de la fábrica de BMW en Traunstein, en las afueras de Munich, ciudad que fue bombardeada masivamente. Prestó servicio entre abril de 1943 y septiembre de 1944, Él siempre mantuvo su intención de ser sacerdote, pero tras la instrucción básica fue destinado a la protección antiaérea, en Austria.
Joseph Ratzinger desertó de su puesto en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, pero fue capturado y hecho prisionero por las tropas americanas cerca de Ulm, en 1945. Después de ser puesto en libertad regresó a Traunstein, donde hizo su examen de bachillerato como alumno del Seminario Diocesano.
Joseph nunca creyó en la propaganda nazi, ni militó en el partido, ni compartió la ideología nazi. Pero la experiencia que le tocó vivir le sirvió para desconfiar en las ideologías totalitarias y deshumanizadoras, así como de cualquier guerra. Sólo fue un niño; uno de tantos reclutados a la fuerza por un régimen militarista y totalitario para defender a su país.
2.- Sólo se salvarán los católicos
Se quiere acusar a Joseph Ratzinger de poco ecuménico y alejado del diálogo interreligioso, lo cual es totalmente falso.
Como alemán se formó conviviendo con luteranos y ha tenido un importante papel en el acuerdo alcanzado con ellos acerca del tema de la ‘justificación’. En su primera misa como Benedicto XVI se comprometió a ‘trabajar sin ahorrar energías en la constitución de la unidad plena y visible de todos los seguidores de Cristo’. Dijo además el Papa: ‘Para ello no bastan las manifestaciones de buenos sentimientos. Son precisos gestos concretos que entren en los ánimos y renueven las conciencias, llevando a cada uno a aquella conversión interior que es el presupuesto de todo progreso en el camino del ecumenismo’. En la misma misa dijo que está ‘dispuesto a hacer todo lo posible para promover la fundamental causa del ecumenismo’.
Respecto a los no cristianos manifestó el Papa Benedicto XVI que también pueden ser salvados por Cristo, el único Salvador, de forma misteriosa y ‘por caminos que sólo Él sabe, y mediante una misteriosa relación con la Iglesia’. Lo que no puede decirse es que ‘la Iglesia es un camino de salvación al lado de aquellos constituidos por otras religiones’, porque aunque otras religiones no cristianas puedan tener elementos religiosos que vienen de Dios, carecen de la eficacia salvadora de los sacramentos cristianos y hay ritos, errores y supersticiones que mas bien son un obstáculo para la salvación.
3.- Es un alemán de talante germánico y cuadrado
No es cierto. Ratzinger lleva más de treinta años en Roma y sus habitantes le consideran casi un italiano. En ‘Informe sobre la fe’, Vittorio Messori le entrevistó preguntándole: ‘Habría preferido usted una Iglesia, no con el centro en Italia, sino en Alemania?’ Y Ratzinger respondió entre risas: ¡Qué ocurrencia! Tendríamos una Iglesia demasiado organizada. Imagínese que solamente en mi arzobispado había 400 funcionarios y empleados, todos bien retribuidos. Sabemos que cada oficio tiene que justificar su propia existencia produciendo documentos, planificando nuevas estructuras y organizando asambleas. Es preferible el espíritu italiano al no organizar demasiado y así dejar espacio para los individuos, para las iniciativas y para las ideas originales, que son indispensables para la Iglesia. Todos los santos fueron hombres de imaginación, no funcionarios del aparato’.
4.- Está en contra del Concilio Vaticano II
Completamente falso. Ratzinger asistió al Concilio como experto y asesor teológico del Cardenal de Colonia en las cuatro sesiones celebradas de 1962 a 1965. Es parte de la generación que ha vivo, aplicado y desarrollado el Concilio.
Al pasar los años ha lamentado cambios y pérdidas en la Iglesia, los cuales no figuraban en el Concilio. En varias ocasiones ha expresado que muchas cosas del Concilio Vaticano II aún no se han aplicado y que, por lo tanto, no tiene sentido organizar un tercer Concilio. En su primera misa como Benedicto XVI declaró: ‘Quiero reafirmar con fuerza la voluntad decidida de proseguir el compromiso de realización del Concilio Vaticano II, siguiendo a mis predecesores y en continuidad fiel con la tradición bimilenaria de la Iglesia’.
5.- Está en contra de la laicidad y la aconfesionalidad del Estado
Absolutamente cierto. El Papa y teólogo alemán está considerado como uno de los mejores conocedores de la cultura moderna y del mundo laico. Por ello mismo admite en los Estados ‘el laicismo justo y la libertad de religión’. Lo define así en una entrevista en el periódico ‘La Reppublica’: ‘El laicismo justo es que el Estado no impone una religión, sino un espacio libre para las religiones y una responsabilidad hacia la sociedad civil, y permite a las religiones ser factores en la construcción de la vida social’.
En la misma entrevista, Ratzinger denunciaba: ‘En la vida política parece casi indecente hablar de Dios, como si fuese un ataque a la libertad de quien no cree… Me parece necesario volver a descubrir, y existen fuerzas para ello, que también la esfera política y económica necesita una responsabilidad moral que nace del corazón del hombre y que tiene que ver con la presencia o la ausencia de Dios. Una sociedad en la que Dios está totalmente ausente se destruye. Lo hemos visto en los grandes regímenes totalitarios’.
6.- Nos hará volver a la misa en latín
Es una grotesca exageración. Curiosamente, muchos expertos han señalado que en ningún documento del Concilio Vaticano II se acordó la eliminación total del latín en la liturgia y en la misa. Benedicto XVI en diversas ocasiones ha expresado que sería bueno recuperar el latín para diversas partes invariables de la misa, más aún en una Iglesia tan globalizada donde en los grandes encuentros internacionales tendría sentido una cierta unidad de lengua en la liturgia. También ha defendido la lacitud de los ritos anteriores al Concilio Vaticano II, en diversas circunstancias. Pero lo cierto es que aunque ha sido un atento vigilante de los excesos en la liturgia, es un defensor de la misa tal como la conocen las generaciones post-conciliares.
7.- Propone una religión sólo de moral y reglas
Otra falsedad. Benedicto XVI es un buen pastor y teólogo, y lo que enseña es la verdad sobre Jesús de Nazaret. El centro es Jesús, no una serie de normas. ‘La moralidad debería inspirarse por un encuentro con Jesucristo y no por una serie de indicaciones; es un encuentro de amor’, dijo en noviembre del 2003 al analizar en un congreso la encíclica ‘Veritatis Splendor’. ‘Si hay un encuentro con la persona viva de Jesucristo, de este amor fluye el resto’, insistió.
8.- Está contra la música moderna
Benedicto XVI es un enamorado de la música clásica, en especial de Mozart y de Bach, además de ser un virtuoso del piano. Su hermano George dirige los coros de la Catedral de Regensburg, en Ratisbona, Alemania.
Joseph Ratzinger en algunas ocasiones ha criticado la música moderna y buena parte de la música pop. Hablando de música en la liturgia ha establecido un criterio en su libro ‘El espíritu de la liturgia’: ‘¿Este tipo de música integra al hombre elevándolo a lo superior, o causa su desintegración en una intoxicación sin forma o en mera sensualidad?’.
De todas formas, movimientos católicos muy extendidos y populares, como la Renovación Carismática o el Camino Neocatecumenal, hacen uso extendido y profundo de guitarras y de músicas movidas en la liturgia y se sabe que Ratzinger, pese a su detallismo en la liturgia, nunca los ha criticado y, de hecho, habla muy bien de ellos.
9.- No es tolerante ni dialogante
Falso totalmente. Siendo cardenal trabajó durante años en un cargo concreto, la Congregación para la Doctrina de la Fe, que consiste principalmente en escuchar y leer tesis teológicas, examinando si son católicas o no. Es evidente que aquellos cuyas tesis no han sido aprobadas, han insistido en la inflexibilidad de Ratzinger. En realidad sus colaboradores y quienes le conocen bien, señalan su gran capacidad de diálogo y de escucha, compatible con su firmeza en los temas de doctrina y magisterio.
10.- Es antisemita
Este es uno de los rumores sin más origen que el hecho de saber que es alemán. Mucha gente, sin ni tan siquiera desear confirmar sus propias ideas, al saber que Ratzinger es alemán le califican de temperamento duro y además añaden de su propia cosecha que el Papa Emérito es antisemita.
Algo parecido sucedió con JRR Tolkien: al leer que este genial novelista nació en Sudáfrica, muchos escribían de él que los orcos o trasgos, los seres fantásticos de algunas de sus novelas, era negros porque Tolkien es racista debido a su origen sudafricano. Esto tampoco es cierto ya que Tolkien es un escritor británico, quien abandonó Sudáfrica a los 4 años de edad, y ha sido siempre un firme opositor al racismo.
Joseph Ratzinger no es en absoluto antisemita, y junto con el Papa Juan Pablo II ha sido el gran promotor de la idea de que los judíos son los ‘hermanos mayores’ de los cristianos, en cuanto a la fe.
CONCLUSION
En una ocasión, Joseph Ratzinger admitió que había sido admirador de Karl Rahner, un teólogo académico bien conocido por su “Nueva Teología’, quien estaba a favor de la reforma en la Iglesia y proponía nuevas ideas teológicas. Pero a pesar del acuerdo en muchos puntos y aspiraciones, Ratzinger se dio cuenta de que Rahner y él vivían, desde el punto de vista teológico, en dos planetas diferentes, como explica en la página 126 del libro ‘Mi vida’, pues la teología de Rahner estaba caracterizada por la tradición escolástica del sacerdote español Francisco Suárez, el llamado ‘Doctor Eximius et Pius’ (1548-1617), y de su nueva versión a la luz del idealismo alemán en la que las Escrituras y los Padres de la Iglesia no jugaban un papel importante, y en el que la dimensión histórica era de escasa importancia, En cambio, la formación de Ratzinger estaba marcada por las Escrituras y por los Padres de la Iglesia, además de por un pensamiento esencialmente histórico.