Para los islamistas, basándose en el Corán, en los hadices, en la Shari´a y en el comportamiento de Muhammad, consideran a la mujer musulmana inferior al hombre-macho musulmán.
La consideración de la mujer no-musulmana, judía y cristiana, es obviamente aún peor, pero todavía aún es más bajo el escalafón de la mujer agnóstica, atea.
Para los yihadistas la esclavitud femenina el mayor honor para las mujeres no musulmanas; estas esclavas pueden ser revendidas y cambiadas en el mercado de esclavas. El Estado Islámico ha fijado precios mínimos en la compra-venta de esclavas.
No ha sido emitida ninguna fatua en el mundo musulmán desautorizando esa práctica y declarándola fuera de la Shari´a. El motivo es que Estado Islámico se ampara en la Shari´a, en la Sunna, la tradición islámica, en los hechos y práctica de Muhammad y sus seguidores, y en el Corán.
Han sido identificados -al menos- cuatro yihadistas australianos propietarios de esclavas sexuales de la minoría yazidí, en el territorio gobernado bajo la estricta Shari´a en territorio controlado por Estado Islámico. Estos justifican sus propiedades diciendo que “la esclavitud sexual de las no-musulmanas es un honor para ellas y Alá sabe mejor”.
Para todas aquellas mujeres occidentales que simpatizan con los islamistas de Estado Islámico, Hamás, Boko Haram, Hisbulá, Jabhat al-Nusra y otros grupos similares sepan que porvenir les queda a ellas en caso de no convertirse al Islam cuando este cubra con su verde manto totalitario los países que vaya dominando.
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