Ayer tuve la suerte de vivir otra vigilia de oración con niños, los tarsicios de Logroño, son los niños que quieren vivir la adoración nocturna pero de modo adaptado a su edad. Eran pocos, pero entregados, con ganas de estar con Jesús, que a eso vienen todos los meses. Celebramos la fiesta de San Enrique de Ossó, un gran santo, escritor, fundador de la Compañía de Santa Teresa y catequista singular de niños. Hablamos de él en la homilía de la misa y después, en el momento de adoración ante Jesús Eucaristía, leemos un texto suyo que nos ayuda a vivir como Jesús quiere. Nos paramos en algo esencial, en aprender la mejor enseñanza de nuestra vida que nos deja San Enrique en uno de sus libros, Un mes en la escuela del Sagrado Corazón, donde nos dice algo tan vivo e importante como lo siguiente: “En conocer más y más a Jesús consiste la vida eterna, nuestra única felicidad en el tiempo y en la eternidad. ¡Oh, qué feliz será el alma que aprenda cada día esta lección y la practique!”.
Esta enseñanza es común a muchos santos, sobre todo los que emplean su vida en enseñar y formar a los niños y jóvenes como profesores, obispos o fundadores de órdenes religiosas dedicadas a la educación. Si miramos el santoral de estos días encontramos cada jornada a un santo que en su vida no hace sino mostrar la grandeza de la religión católica. Vamos a hacer un repaso a cada día de esta semana y finales de la anterior, día a día, para conocer a todo tipo de santos que buscan lo mejor para los demás, el conocimiento de una fe, de la religión católica: 23, San Ildefonso, obispo de Toledo y gran maestro; 24, San Francisco de Sales, obispo de Ginebra que destaca por sus escritos doctrinales; 25, Conversión del apóstol San Pablo, apóstol que difunde el mensaje de Cristo en los inicios del cristianismo; 26, Santos Timoteo y Tito, discípulos de San Pablo que forman a los cristianos de Éfeso y Creta; 27, San Enrique de Ossó, sacerdote que funda la Compañía de Santa Teresa para la educación de las mujeres según el espíritu de Santa Teresa de Jesús; 28, Santo Tomás de Aquino, fraile dominico maestro por excelencia en filosofía y teología; 29, Beato Manuel Domingo y Sol, sacerdote fundador del Pontificio Colegio español de Roma y de la Hermandad de sacerdotes operarios diocesanos que atienden con esmero la formación de jóvenes y seminaristas; 30 San Muciano Wiaux, miembro de la orden fundada por San Juan Bautista de La Salle dedicada en cuerpo y alma a la educación de los niños y 31, San Juan Bosco, prototipo del educador cristiano de los jóvenes y fundador de la Congregación salesiana entregada a esta tarea de formar a los chicos en la vida cristiana católica.
Esa estela de la educación y formación de niños y jóvenes sigue viva en la clase de religión que se enseña en los colegios gracias a los profesores de religión. Forma parte de las asignaturas aunque no es obligatoria, nada de imposiciones, el que quiera estudia religión católica y el que no elige otra materia. Hay libertad para escoger, la libertad de los hijos de Dios que vivimos hoy y siempre como miembros de la gran familia que es la Iglesia católica. Conocer, estudiar y evaluar esta asignatura forma parte del plan educativo de muchos alumnos y del trabajo de no pocos profesores cuya vocación es transmitir esos conocimientos como otros profesores enseñan literatura, historia, inglés o matemáticas. Todo es formación y todo ayuda al alumno a abrirse paso en este mundo tan convulso en que nos encontramos.
La enseñanza de la religión católica no es catequesis, son cosas muy distintas, esto ha de quedar muy claro, pero también es bueno saber que muchos de los alumnos que la cursan la complementan con otras actividades que dan vida: hacer un belén viviente, visitar un santuario mariano, repartir comida a los que más necesitan en tiempo de Navidad, realizar voluntariado diverso, participar de la misa de los domingos en familia con los compañeros de clase, y todo lo que se puede sumar a esta apertura más allá de lo meramente académico de la enseñanza de la religión católica.
Podemos tener el ejemplo de los santos, adquirir conocimientos básicos que sirven para el día a día y abrirnos a una vida apasionante como católicos; pero si de repente todo esto se viene abajo hay que poner en práctica lo que se estudia en clase: vivir en fe, vivir en Dios. Esto ha sucedido en La Rioja estos días ya que sin previo aviso, aunque se veían venir los nubarrones, la Consejería de Educación de esta Comunidad Autónoma ha decidido extinguir el convenio de la Enseñanza de Religión Católica con la Diócesis. Ésta ha preparado un comunicado para que todos conozcamos la realidad que supone dicha decisión y para manifestar sus propuestas de diálogo ante tal desconcertante acontecimiento.
¿Y ahora qué? Pues, es hora de manifestar lo que es la enseñanza de la religión católica y plantear preguntas como las siguientes: ¿Si no se quiere la religión católica en los centros de enseñanza riojanos por qué hay vacaciones escolares de Navidad, Semana Santa y fiestas patronales de los santos o la Virgen? ¿Si se rechazan las clases de religión católica, también se dejan de lado las de otras religiones? ¿Si en La Rioja no se quiere enseñar religión católica por qué se reúnen los políticos en el claustro del antiguo convento de los religiosos mercedarios? ¿Si se quiere apagar una luz en tierras riojanas por qué no se espera a que los que se iluminan con ella puedan salir sin problemas de visión? ¿Si se quiere quitar el trabajo a muchos profesores es porque ya se les ha buscado algún otro oficio? ¿Si a los niños y jóvenes que quieren estudiar religión católica se les niega este derecho fundamental por qué se les habla por otro lado de igualdad en la educación? ¿Si…?
Ahora vamos al mejor maestro de todos, al Maestro, al que nos convoca cada domingo a estar con Él para enseñarnos todo de un modo único, especial, que vale para todos los tiempos: la autoridad. Jesús enseña con autoridad, es lo que sorprende, descoloca y hace replantearse la vida a los que lo escuchan. Eso mismo hacen todos esos santos que hemos presentado antes. Y si falta algún detalle para confirmar que Dios está siempre con nosotros es que justo este domingo, 31 de enero, el Evangelio que se lee es precisamente éste, “Jesús enseñaba con autoridad”. Además es la fiesta de San Juan Bosco, un santo cuya vida carece de sentido sino es para educar y enseñar a niños y jóvenes una doctrina preciosa: la religión católica.
Ahora los profesores de religión miran a este santo y a otros tantos que antes que ellos se han entregado a los que dan sus primeros pasos en la vida y van a los centros de enseñanza a formarse para ser hombres que quieren vivir conforme a lo que Jesús instruye. Son maestros y alumnos los que ahora viven esta situación en La Rioja, pero calma, Dios no abandona nunca a su pueblo. Si una luz es apagada seguro que se encenderá con más fuerza de otro modo. ¿Cuándo? Cuando profesores y alumnos con sus respectivas familias se acerquen con toda pasión a Jesús y a esos santos que enseñaban con autoridad.