Desde el principio escogida,

Te hizo Madre de la Vida.

Al ángel Gabriel recibes

y virgen Hijo concibes.

 

Mancha no llevas, Dolores,

Refugio de pecadores,

Purísima Madre mía,

no apartes de nos tu vista.

 

Nuestra herida sana y lava,

pues sin amor todo acaba,

se van nuestras alegrías,

y terminan nuestros días.

 

Ven ya, Madre del Adviento,

te pide nuestra esperanza.

Ven, que el nuevo nacimiento

no puede admitir tardanza.

 

Inmaculada María,

Virgen siempre, antes y luego,

en esta Navidad ruego:

¡Contágianos tu Alegría!