La paradoja de la revolución, que es la expresión de la fuerza en la historia, es que la gestan intelectuales en lugar de jornaleros. La revolución es un cerebro dentro de un guante de boxeo. También aquí, donde la gente de flexo encabeza la destrucción del sistema. Aunque no del todo, porque Podemos salva de la quema su puesto de trabajo en la administración. Lo que le convierte en la síntesis de ese tipo de casta que desdeña el dinero, pero no los trienios.
Si en lugar de apostar todo al rojo se aferran a la pizarra es porque intuyen que a muchos españoles les da pánico que el miedo cambie de bando. Eso explica que mientras salpican, guarden la ropa. Nada que ver con sus héroes. Al menos el Che, que era médico, hizo el doctorado en Sierra Maestra, pero ¿qué grandeza tienen estos profesores que proponen distribuir el pan sin conocer la siega? ¿En serio se creen herederos de Zapata? Me da a mí que a don Emiliano no le sonaba el móvil en mitad de una arenga para avisarle de que su nómina había sido ingresada.