Después de ver hace unos días qué eran los “agrapha” (
pinche aquí si no lo leyó) y de analizar los criterios que sirven para analizar su autenticidad, toca hoy aportar aquí algunos agrapha particularmente celebrados, cosa que vamos a hacer clasificándolas según clasificamos en su día las fuentes de las que podían proceder esos agrapha.
Del tipo agrapha procedente de los manuscritos evangélicos que se quedaron fuera de la traducción canónica de la Vulgata, éstos:
- “Mas yo pido del pequeño que crezca, y del más grande que disminuya” (códices D y Phi y algunas versiones de Mt. 20,28).
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“Es una cosa más santa dar que recibir” (Hch. 20, 35)
Del tipo agrapha procedentes de la tradición apócrifa, éstos:
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“Si un ciego guía a otro ciego, ambos caen en el hoyo” (Evangelio de Tomás, 34)
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“Y nunca os regocijéis, excepto cuando hayáis contemplado a vuestro hermano con amor” (Evangelio según los Hebreos según recoge San Jerónimo en Eph 5, 3 y ss.).
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“El débil será salvado por el fuerte” (Orden Apostólico de la Iglesia, 26).
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“Pues el Señor me dijo: Excepto que hagáis que lo más bajo esté en lo más alto y lo de la izquierda en la derecha, no entraréis en mi reino” (Hechos de Felipe, 34).
Del tipo “agrapha” procedentes de la tradición patrística, los siguientes:
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“En aquellas cosas que Yo os comprenda, en esas os juzgaré” (San Justino Mártir, Dial. 47)
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“Pedid por las cosas grandes, y las pequeñas os serán dadas por añadidura” (Clemente de Alejandría, Stromata I, 24, 158).
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“Sed banqueros autorizados, que desaprueban algunas cosas, pero rápidamente retienen lo que es bueno” (Clemente de Alejandría, Strom. I, 28, 177)
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“Mi misterio es para mí y para los hijos de mi casa” (Clemente de Alejandría, Stromata V, 10, 64).
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“Quien está cerca de mí está cerca del fuego, y quien está lejos de mí, está lejos del Reino” (Orígenes, Homil).
Por último, del tipo agrapha procedentes de los logia, los siguientes:
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“A menos que ayunéis del mundo, no encontraréis el Reino de Dios”.
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“Dondequiera que hay dos, no están sin Dios; y dondequiera que hay uno solo, Yo digo que estoy con él. Levantad la piedra y allí me encontraréis; partid la madera, y allí estoy Yo”.
-
“Ningún médico cura a aquellos que lo conocen”. También se recoge en el Evangelio de Tomás. Este agrapha va precedido por el logion
“ningún profeta es aceptado en su tierra”, que no debemos considerar agrapha por hallarse recogido más o menos idéntico en Mc. 6, 4 y sus equivalentes sinópticos.
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“Una ciudad construida sobre la cima de una colina y firmemente establecida no puede caer ni quedar escondida”.
Y como siempre, que hagan Vds. mucho bien y que no reciban menos. Por aquí nos vemos mañana.
©L.A.
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