Termina el Papa Francisco: “En esta humildad resplandece la grandeza del Beato Pablo VI que, en el momento en que estaba surgiendo una sociedad secularizada y hostil, supo conducir con sabiduría y con visión de futuro –y quizás en solitario- el timón de la barca de Pedro sin perder nunca la alegría y la fe en el Señor. Pablo VI supo, de verdad, dar a Dios lo que es de Dios, dedicando toda su vida a la