Después de afirmar que procede del latín “latīnus”, igual a “latino”, define el Diccionario de la Real Academia la palabra “ladino” con las siguientes ocho acepciones:
 
 
1. adj. Astuto, sagaz, taimado.
 
 2. adj. Se decía del romance o castellano antiguo.
 
 3. adj. Se decía de quien habla con facilidad alguna o algunas lenguas además de la propia.
 
 4. adj. Am. Cen. mestizo.
 
 5. adj. Am. Cen. Mestizo que solo habla español.
 
 6. m. Ling. Lengua hablada en la antigua Retia.
 
 7. m. Ling. Lengua religiosa de los sefardíes. Es calco de la sintaxis y del vocabulario de los textos bíblicos hebreos y se escribe con letras latinas o con caracteres rasíes.
 
 8. m. Ling. Variedad del castellano que, en época medieval, hablaban los judíos en España, y que, en la actualidad, hablan los judeoespañoles en Oriente.
 
 
            Curioso el orden que expone el Diccionario, ya que si desde el punto de vista de su uso sí es verdad que la acepción más utilizada del término “ladino” es la que lo identifica con su acepción “astuto, sagaz, taimado”, la segunda acepción desde tal punto de vista es la que el diccionario convierte en la octava, “variedad del castellano que, en época medieval, hablaban los judíos en España, y que, en la actualidad, hablan los judeoespañoles en Oriente”; luego la séptima “lengua religiosa de los sefardíes”; luego la segunda “se decía del romance o castellano antiguo”; y luego las demás.
 
            Desde el punto de vista etimológico, el orden se antoja aún más desajustado, pues con toda probabilidad, la acepción más antigua del término debe ser la que lo identifica con el propio castellano, que sus hablantes denominarían “ladino” (latín), sin percatarse de que cada vez era más castellano y menos latín. La segunda debió de ser la que lo identifica con la “variedad del castellano que, en época medieval, hablaban los judíos en España”, que, contrariamente a lo acontecido a los castellanos, utilizarían los propios judíos al percatarse de que cada vez hablaban más latín y menos hebreo. Y la última de todas, desde este punto de vista cronológico-etimológico, sería la que el Diccionario coloca en primer lugar, “astuto, sagaz, taimado”, sin duda tributaria de la acepción anterior, que identificaría condiciones tales de la personalidad con las personas que hablaban la lengua del mismo nombre, a saber, los hispanojudíos.
 
            En fin, elucubraciones para pasar el ratito. Que hagan Vds. mucho bien y que no reciban menos. Mañana seguimos.
 
 
            ©L.A.
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