Año del Señor 2019
23 de febrero
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
AGUA DE CENIZA
El otro día me encontré a sor Puri lavando afanosamente un trapo.
-Unas manchas un poco peleonas, ¿no? -le pregunté sonriente.
-Los jabones de ahora no son como los de antes -me respondió muy convencida- Si este trapo lo metiéramos en agua de ceniza, en un instante estaba limpio.
Yo no sabía si tomarme el asunto a broma.
-¿¿Ceniza?? ¡Pero si la ceniza ensucia!
-Pregúntale a sor Teresita, verás que tengo razón.
A la primera ocasión, abordé a sor Teresita.
-¡¡Sí, claro!! El agua de ceniza limpia mucho mejor que la lejía.
Yo seguía sin creérmelo. ¿Cómo va a limpiar el hollín?
-Mujer, no, no es poner ceniza en la ropa... Hay que meter la ceniza en agua, y dejarla reposar unos días. Después se recoge el agua con cuidado y se lava con ella. ¡La ropa queda inmejorable!
Como comprenderás, ahí sí que alucinaba a todo color, sin embargo, en la oración, descubrí aún más: ¡nosotros somos así!
Que somos polvo y ceniza, nadie lo duda, pero, reposando en Jesús, ¡hasta la ceniza limpia!
Cristo habla muchísimas veces del agua, hasta el punto de decir que Él es el Agua Viva. Y, este Agua Viva, nos invita: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, que yo os aliviaré”.
¿Acaso no es eso lo que nos pasa? Cuando vamos con prisas, cuando queremos llegar a todo, cuando se nos acumulan las tareas pendientes... vamos de acá para allá a toda velocidad, sin dedicar ni un instante a ver a los hermanos. Podemos salir con una mala contestación, pero también puede ser una falta de atención. Sea como sea, vamos “emborronando” a nuestro paso.
¿Qué hacer entonces? ¡¡Agua de ceniza!! En ese momento es cuando más necesitamos parar con Cristo, empaparnos de Su amor, volver a ordenar nuestras prioridades.
La Madre Teresa de Calcuta proponía a sus hermanas hacer una hora de oración por la mañana, pero, si había mucho que hacer... ¡entonces eran dos! La ceniza necesita varios días de reposo, pero, cada instante que dediques a Cristo, hará que tu pequeña ceniza, en vez de emborronar, ¡haga que la ropa quede limpia!
Hoy el reto del amor es preparar agua de ceniza. Antes de comenzar tu jornada, dedica unos minutos a estar con el Señor, a poner en Sus manos lo que tienes por delante. Y, si a lo largo del día ves que empiezas a emborronar, ¡para de nuevo y déjate empapar por su Amor! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
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¡Feliz día!
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