No hace falta tener vista de águila para poder ver y percibir una Presencia, Dios. Está y se mueve con los rasgos que la caracterizan, su exquisita delicadeza, libre de prejuicio y cargada de amor.
 
Esta Presencia está ahí porque quiere

Está con los suyos y busca los momentos y lugares más insospechados, como cuento más adelante. Y como no puede ser de otra manera no hace distinciones, está con todos con los que le ven y con los que no le distinguen o conocen.

Esta realidad que voy a contar ahora es un pequeño reflejo de esta Presencia divina real y silenciosa aunque a veces descarada, que quien busca estar cerca de los suyos. Con los suyos me estoy refiriendo a los que se saben heterosexuales y los que se sienten homosexuales.
Petición de ayuda en la red

Hace unos días recibí un mensaje de un joven de 30 años. Como hace habitualmente, se había conectado hacía un rato a un chat en busca de una pareja homosexual anónima, simplemente para tener un encuentro anónimo y pasajero.
Él lo contaba así:
"Esta tarde he entrado en un chat para buscar sexo con otros hombres y he pedido ayuda en la conversación general. Ha aparecido un tío que me ha dejado el enlace en el que aparecía este correo (una página de Religión en Libertad). Misteriosamente me ha pedido que rece por él y se ha desconectado. No sé muy bien qué es esto, pero estoy un poco desesperado".
Es esa desesperación escribe este párrafo acompañado de un descriptivo correo donde cuenta sobre su vida, episodios salpicados de sufrimiento, amor, debilidad, lucha, abandono desesperado, pero donde se ve desvelada a menudo una Presencia.
"Primero hombres y luego santos"

Este es un principio de vida que me ayuda a encontrar el equilibrio entre lo humano y lo divino. La casa se empieza a construir por los cimientos.

¿Qué relación tiene esto con el coaching de identidad y la atracción al mismo sexo no deseada?

Cuando me preguntan en qué consiste el coaching de identidad que trabajo con personas con que experimentan AMS no deseada (atracción al mismo sexo), les hablo de desarrollo personal, de la necesidad de desaprender hábitos adquiridos y ya asimilados, de la importancia de hacer suyas herramientas sencillas y eficaces que le ayudan a creer en sí mismos y completar carencias afectivas – emocionales que han quedado desatendidas por diferentes causas provocando el quiebre personal que experimentan.
No tengo que hacer un acto de fe, lo veo

Observo y soy testigo de los avances que se dan en las personas con las que trabajo. Sé que no es mérito mío, ellos bien saben que es su esfuerzo y su lucha perseverante. Les acompaño y siempre trato de estar ahí pero la lucha y el éxito que buscan les pertenecen.
Debo decir que en todos ha estado y está la Presencia de Dios velada, silenciosa, a veces exigente y siempre real.
Es un honor para mí ser espectadora.
Si quieres conocer más, visita:  www.elenalorenzo.com