Por todo ello, hemos de llamar de nuevo la atención sobre el peligro que suponen determinadas opciones legislativas que no tutelan adecuadamente el derecho fundamental a la vida de cada ser humano, desde su concepción hasta su muerte natural, o que incluso llegan a tratar como un derecho lo que en realidad constituye un atentado contra el derecho a la vida. (ibid, nº5)
Como párroco, ante mi deber de orientar a mis feligreses, siempre me encuentro con la duda de si, en conciencia, debo decir a qué partidos no se puede votar como católico teniendo en cuenta las orientaciones de nuestros obispos. Hasta ahora mis dudas se referían a PSOE, IU,..etc. Hoy mi duda se ha ampliado y estoy pensando seriamente si no debería advertir a mis feligreses de que votar al PP puede ser moralmente inaceptable para un católico. Es verdad que las notas episcopales nunca nombran siglas, pero también es verdad que mis feligreses no leen notas episcopales y yo se las he de traducir. ¿Estoy haciendo dejación de mis responsabilidades como pastor si no concreto en este asunto cuando en otras cosas desciendo a todo tipo de detalle para iluminar las conciencias? Esta es mi duda. Me dicen que no me meta en política. Que hay que ser prudente, que si el mal menor… pues el llamado mal menor está llegando a ser muy grande.
Me gustaría saber que hacer el próximo domingo en la homilía. ¿Me dedico hablar del amor y los peces?, ¿hablo genéricamente de la defensa de la vida evitando señalar?, ¿es lo que hubiera hecho Jesús, Pablo, Atanasio…?, ¿Qué me diría el Papa?
Guardar una ley en un cajón por cálculos electorales es un opción legislativa, es lo que se llama pecado de omisión. Y los curas nos ponemos muy serios la hora de denunciar determinados pecados, ¿qué hacer ahora?, ¿me corto o hablo?, ¿lo dejo pasar?
Creo que es mi deber poner blanco sobre negro en esta cuestión de la retirada del proyecto de reforma de la ley sobre el aborto . Lo que ha ocurrido es muy grave, la forma de hacerlo muy burda y las explicaciones que nos han dado nos toman por tontos. El mal menor es que el PIB sube unas décimas y la tasa de paro no baja a penas unas milésimas, suben los impuestos y no parece que se castigue la corrupción como debería. No solo no hacen un país mejor sino que lo hacen peor. A lo mejor nos tenemos que enfrentar al hecho de que la única opción moralmente aceptable para un católico es la abstención.
Sé que si digo en el sermón que un católico no puede votar al PP me van a poner verde y que le voy ha hacer el juego a partidos de izquierdas anticatólicos. A lo mejor muchos feligreses se me enfadan y se me van de la Iglesia. A lo mejor me quitan de párroco. A lo mejor… a lo mejor voy al infierno por cobarde. ¿Me podéis ayudar?. ¿Qué opináis?