Ante el clamoroso silencio del Gobierno y su apatía hacia el tema, el próximo domingo, como saben bien los lectores de este medio, tendrán lugar en Madrid y en otras ciudades de España unas manifestaciones que esperamos nutridas y vigorosas para recordarle una de las muchas, pero la más clamorosa, de las propuestas que llevaba en el programa electoral con el que ganó las elecciones del 20 de noviembre del año 2011 y que, a punto de terminar la legislatura, sigue sin cumplir.
Como son muchos los que hablarán estos días de dichas propuestas sin saber muy bien a lo que se refieren, me voy a permitir recordárselas a todos: primero, a los que las hicieron; y segundo y también, a los que como yo, reclaman su cumplimiento, en los términos exactos en los que fueron formuladas dentro de ese programa del que hablamos.
El Partido Popular, dentro del capítulo “Comprometidos con el bienestar” y dentro del epígrafe “La familia, primera sociedad del bienestar”, en la página 108 de su Programa Electoral realizaba esta solemne declaración de principios:
“La maternidad debe estar protegida y apoyada”.
Acompañada de estas propuestas concretas:
“Promoveremos una ley de protección de la maternidad con medidas de apoyo a las mujeres embarazadas, especialmente a las que se encuentran en situaciones de dificultad. Impulsaremos redes de apoyo a la maternidad”
“Prestaremos una especial protección a los no nacidos y a la infancia. Proporcionaremos también una atención específica a las mujeres durante su embarazo y en el cuidado de sus hijos menores”.
“Promoveremos un mayor reconocimiento de la aportación a la natalidad de las mujeres en el sistema de pensiones”.
Y sobre todas ésta muy clara:
“Cambiaremos el modelo de la actual regulación sobre el aborto para reforzar la protección del derecho a la vida, así como de las menores.”
Y la pregunta que me hago hoy es la siguiente: si estas promesas electorales no se pensaban cumplir y se consideraban una rémora del programa… ¿para qué se formularon? Y si se formularon y con ella se ganaron unas elecciones… ¿por qué no se cumplen?
La respuesta al enigma sólo la conoce un partido que nació y se ha criado en la cobardía y en una única convicción: la de que ni él ni sus votantes tienen derecho a tener convicciones, y la de que su manera de pensar y la de sus votantes no merecen la pena y valen menos que la de los que piensan lo contrario. Y ello, aun cuando éstos pierdan las elecciones… ¡y de la manera en que lo hicieron!
Que hagan mucho bien y que no reciban menos. Mañana por aquí nos vemos. ¡No falten!
©L.A.
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