General Aranaz, calle de santos
En el número 22 de la madrileña calle General Aranaz, en la zona de Arturo Soria, se encuentra la Casa Madre de la Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote.
El Venerable José María García Lahiguera (19031989) navarro de Fitero, ingresó en el seminario menor de Tudela en 1913. Se trasladó a Madrid en 1915, continuando sus estudios en el seminario menor de esta diócesis. Ordenado sacerdote en 1926 por Leopoldo Eijo y Garay. Desde entonces desempeña diversos puestos en el seminario de Madrid (profesor, prefecto de externos, director espiritual). En los días de la persecución religiosa, durante la Guerra Civil española, funda la Congregación de Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote, en colaboración con María del Carmen Hidalgo de Caviedes.
Fue obispo auxiliar de Madrid-Alcalá entre 1950 y 1964. Participó en el Concilio Vaticano II. El 7 de julio de 1964 es nombrado obispo de Huelva. En el verano de 1969 fue nombrado arzobispo de Valencia.
El 14 de febrero de 1974 sufrió una trombosis cerebral. Se recuperó de ella pero su salud quedó muy afectada. Presenta su renuncia al cumplir los 75 años, el 9 de marzo de 1978, la cual le es aceptada pocos meses después.
Tras su retiro, pasa a la archidiócesis de Madrid-Alcalá, donde da a menudo conferencias y retiros. Falleció el 14 de julio de 1989. Es enterrado, a petición suya, en el presbiterio de la Casa Madre de las Hermanas Oblatas.
Las Hermanas Oblatas publicaron en 2001 en Ediciones Encuentro una biografía de su fundador. Allí podemos leer en el capítulo IX, titulado Durante la Guerra Civil española:
«En marzo de 1938 funcionaba -en Madrid- tan a la perfección el contacto de unos sacerdotes con otros y con el prelado, que podía hablarse de una auténtica vitalidad diocesana y apostólica, todo lo cual decidió al doctor Eijo y Garay a designar representante suyo y vicario general para todos los efectos a don José María García Lahiguera. Por su cargo de director espiritual del seminario gozaba éste de la amistad y del afecto del clero madrileño, al que dedicó sus desvelos cotidianos durante los tres años de la guerra, llegando a mantener contacto habitual con más de un centenar de sacerdotes.
De esta pujanza de la vida eclesiástica diocesana no estuvieron excluidas ni la publicación de la epacta o calendario litúrgico ni las circulares periódicas del vicario a todo el clero situado a su alcance…
La actividad de don José María, insistimos, fue realmente extraordinaria y eficaz. Abarcaba todo y a todos…».
En fin, es obligada la parada en el Monasterio para rezar ante quien sufrió registro y detención, nada más empezar la guerra, y que se quedó prácticamente al frente de la diócesis de Madrid liderando a la Iglesia de catacumbas en que se convirtió la capital de España, como sucedió en tantos pueblos y ciudades españolas.
Siguiendo calle arriba llegamos al nº 58.
Una monja de Lillo
Allí se encuentra el Monasterio de Santa Ana y San José de las MM. Carmelitas Descalzas.
En su interior reposa el cuerpo de la beata María Sagrario de San Luis Gonzaga (Elvira) Moragas Cantarero (Lillo, 8 de enero de 1881-Madrid, 15 de agosto de 1936). Popularmente conocida como la farmacéutica de Lillo, fue una de las primeras mujeres de España que se graduaron en Farmacia. En 1915 entró en la Orden de las Carmelitas Descalzas. Fue Priora de su comunidad y mártir. Fue beatificada por Juan Pablo II el 10 de mayo de 1998.
Como explica en sus estudios Gonzalo de Rato Leguina, el Monasterio se fundó en 1586. Entre sus primeras moradoras la beata Ana de San Bartolomé, toledana del pueblo de Almendral de la Cañada, conocida por ser la enfermera de santa Teresa de Jesús. Por la historia del convento y los avatares urbanísticos de la misma ciudad de Madrid ha tenido diferentes ubicaciones, entre otros: la Plaza de Santa Ana o la calle del Conde Peñalver. Pero terminada la guerra, en 1939, la comunidad de religiosas vuelve a reunirse en su convento de la actual calle Conde Peñalver, y hacen lo que pueden para restaurarlo, tras haber sido destrozado en los días de la persecución religiosa.
Enseguida ponen en marcha todos los trámites para recoger el cuerpo de la beata María del Sagrario. En 1942 reciben los permisos y, el 17 de noviembre acuden a la fosa algunos familiares y personas que la habían conocido para reconocer el cuerpo y trasladarlo al convento. Una vez allí, fue expuesto en un arcón de zinc en el coro, venerado, y luego enterrado en el cementerio del convento.
El 20 de abril de 1959, la comunidad se traslada a su actual ubicación, en la calle General Aranaz 58. Venían planeando el cambio desde hacía años, debido a que en la calle Conde Peñalver se habían edificado grandes edificios, tan altos que ya no tenían ninguna intimidad en su clausura. Con ellas trajeron los restos de María del Sagrario, que quedaron expuestos en un osario a la izquierda del altar mayor de la nueva edificación.
Tras la beatificación los restos pueden venerarse en la iglesia del Monasterio, como vemos en estas dos fotos:
Las religiosas pueden venerar también, desde clausura, el cuerpo de la Beata. El coro está frente al sepulcro de la mártir.
Aquí podéis conocer la historia de su martirio
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=17103
Finalmente, os invito a que veáis estos dos videos, especialmente a los que veneráis virtualmente a nuestros mártires.
El primero es un video de la misa de RTVE del día de la Asunción del año 2010, que se retransmitió desde este Monasterio. Las explicaciones al principio de la Santa Misa son muy interesantes.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/dia-del-senor/dia-del-senor-convento-santa-ana-san-jose/852008/
El segundo, se grabó a los diez años de la beatificación.
En el número 22 de la madrileña calle General Aranaz, en la zona de Arturo Soria, se encuentra la Casa Madre de la Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote.
El Venerable José María García Lahiguera (19031989) navarro de Fitero, ingresó en el seminario menor de Tudela en 1913. Se trasladó a Madrid en 1915, continuando sus estudios en el seminario menor de esta diócesis. Ordenado sacerdote en 1926 por Leopoldo Eijo y Garay. Desde entonces desempeña diversos puestos en el seminario de Madrid (profesor, prefecto de externos, director espiritual). En los días de la persecución religiosa, durante la Guerra Civil española, funda la Congregación de Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote, en colaboración con María del Carmen Hidalgo de Caviedes.
Fue obispo auxiliar de Madrid-Alcalá entre 1950 y 1964. Participó en el Concilio Vaticano II. El 7 de julio de 1964 es nombrado obispo de Huelva. En el verano de 1969 fue nombrado arzobispo de Valencia.
El 14 de febrero de 1974 sufrió una trombosis cerebral. Se recuperó de ella pero su salud quedó muy afectada. Presenta su renuncia al cumplir los 75 años, el 9 de marzo de 1978, la cual le es aceptada pocos meses después.
Tras su retiro, pasa a la archidiócesis de Madrid-Alcalá, donde da a menudo conferencias y retiros. Falleció el 14 de julio de 1989. Es enterrado, a petición suya, en el presbiterio de la Casa Madre de las Hermanas Oblatas.
Las Hermanas Oblatas publicaron en 2001 en Ediciones Encuentro una biografía de su fundador. Allí podemos leer en el capítulo IX, titulado Durante la Guerra Civil española:
«En marzo de 1938 funcionaba -en Madrid- tan a la perfección el contacto de unos sacerdotes con otros y con el prelado, que podía hablarse de una auténtica vitalidad diocesana y apostólica, todo lo cual decidió al doctor Eijo y Garay a designar representante suyo y vicario general para todos los efectos a don José María García Lahiguera. Por su cargo de director espiritual del seminario gozaba éste de la amistad y del afecto del clero madrileño, al que dedicó sus desvelos cotidianos durante los tres años de la guerra, llegando a mantener contacto habitual con más de un centenar de sacerdotes.
De esta pujanza de la vida eclesiástica diocesana no estuvieron excluidas ni la publicación de la epacta o calendario litúrgico ni las circulares periódicas del vicario a todo el clero situado a su alcance…
La actividad de don José María, insistimos, fue realmente extraordinaria y eficaz. Abarcaba todo y a todos…».
En fin, es obligada la parada en el Monasterio para rezar ante quien sufrió registro y detención, nada más empezar la guerra, y que se quedó prácticamente al frente de la diócesis de Madrid liderando a la Iglesia de catacumbas en que se convirtió la capital de España, como sucedió en tantos pueblos y ciudades españolas.
Siguiendo calle arriba llegamos al nº 58.
Una monja de Lillo
Allí se encuentra el Monasterio de Santa Ana y San José de las MM. Carmelitas Descalzas.
En su interior reposa el cuerpo de la beata María Sagrario de San Luis Gonzaga (Elvira) Moragas Cantarero (Lillo, 8 de enero de 1881-Madrid, 15 de agosto de 1936). Popularmente conocida como la farmacéutica de Lillo, fue una de las primeras mujeres de España que se graduaron en Farmacia. En 1915 entró en la Orden de las Carmelitas Descalzas. Fue Priora de su comunidad y mártir. Fue beatificada por Juan Pablo II el 10 de mayo de 1998.
Como explica en sus estudios Gonzalo de Rato Leguina, el Monasterio se fundó en 1586. Entre sus primeras moradoras la beata Ana de San Bartolomé, toledana del pueblo de Almendral de la Cañada, conocida por ser la enfermera de santa Teresa de Jesús. Por la historia del convento y los avatares urbanísticos de la misma ciudad de Madrid ha tenido diferentes ubicaciones, entre otros: la Plaza de Santa Ana o la calle del Conde Peñalver. Pero terminada la guerra, en 1939, la comunidad de religiosas vuelve a reunirse en su convento de la actual calle Conde Peñalver, y hacen lo que pueden para restaurarlo, tras haber sido destrozado en los días de la persecución religiosa.
Enseguida ponen en marcha todos los trámites para recoger el cuerpo de la beata María del Sagrario. En 1942 reciben los permisos y, el 17 de noviembre acuden a la fosa algunos familiares y personas que la habían conocido para reconocer el cuerpo y trasladarlo al convento. Una vez allí, fue expuesto en un arcón de zinc en el coro, venerado, y luego enterrado en el cementerio del convento.
El 20 de abril de 1959, la comunidad se traslada a su actual ubicación, en la calle General Aranaz 58. Venían planeando el cambio desde hacía años, debido a que en la calle Conde Peñalver se habían edificado grandes edificios, tan altos que ya no tenían ninguna intimidad en su clausura. Con ellas trajeron los restos de María del Sagrario, que quedaron expuestos en un osario a la izquierda del altar mayor de la nueva edificación.
Tras la beatificación los restos pueden venerarse en la iglesia del Monasterio, como vemos en estas dos fotos:
Las religiosas pueden venerar también, desde clausura, el cuerpo de la Beata. El coro está frente al sepulcro de la mártir.
Aquí podéis conocer la historia de su martirio
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=17103
Finalmente, os invito a que veáis estos dos videos, especialmente a los que veneráis virtualmente a nuestros mártires.
El primero es un video de la misa de RTVE del día de la Asunción del año 2010, que se retransmitió desde este Monasterio. Las explicaciones al principio de la Santa Misa son muy interesantes.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/dia-del-senor/dia-del-senor-convento-santa-ana-san-jose/852008/
El segundo, se grabó a los diez años de la beatificación.