Tras las reflexiones de los dos primeros artículos, vuelvo a preguntarme ¿sería prudente fundar un nuevo partido en línea con el derecho natural?
Me parece que bastaría con un puñado de hombres y mujeres valientes y decididos a desempolvar la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Convención Europea de Derechos Humanos, y que estuviesen decididos a poner al ser humano como fin y no como medio. Un grupo de categoría y de prestigio que tengan capacidad política y que destaquen por su honradez y seriedad. Que sean sacrificados y que no estén pendientes de ocupar ellos y sus amigos los primeros puestos, y que estén dispuestos a cobrar incluso menos de lo que percibirían en su vida profesional. Los hay; estoy convencido de que los hay. Sólo un puñado de hombres que reconozca el valor del hombre por encima de cualquier otra realidad y que no estén a merced de grupos de presión politicos y sociales. Un puñado de hombres que, sabiendo que la ley natural es anterior a las leyes politicas y ciudadanas, estén dispuestos a protejerla a toda costa, en la vida politica y ciudadana.
Hay hombres y mujeres en los partidos políticos que piensan de este modo, pero no alzan la voz porque su carrera, sus altas aspiraciones podrían verse truncadas, sin percatarse del peligro que es legislar contra la ley natural, o sea, contra nosotros mismos, porque los "derechos humanos", los "derechos del hombre", los "derechos fundamentales", los "derechos naturales", son diferentes expresiones que se utilizan para indicar una misma realidad.
Así que, ustedes, partidos políticos, señores del PP que gobiernan, dispónganse y decídanse a llevar esto en su programa, y cumplan sin complejos con su programa y decídanse a defenderlo en el momento de las decisiones y de la aprobación de las leyes, sin complejos y con el propósito de hacerlas cumplir.
Y, aunque, si de momento, esos nuevos tuviesen un pequeño número de diputados, sería suficiente para que se contase con ellos a la hora de las decisiones y aprobación de leyes. El caso es que quien quisiera votar a un partido que respetase siempre la ley natural, podría hacerlo siempre, cosa que actualmente no puede hacer. Y a la hora de depositar su voto, sabría a qué partido otorgárselo.
No sé si el lector estará más o menos de acuerdo con esta propuesta, pero yo la veo prudente y la expongo con toda sencillez por si puede servir para mejorar nuestra vida democrática. Algo muy serio habrá que hacer para aunarnos todos en un mejor servicio social que me parece que no acaba de funcionar.
José Gea