Él nos conoce con precisión. Él conoce el extraño mundo de tinieblas y luces que nos habita, conoce mejor que nosotros esa mezcla misteriosa que somos, sabe de qué somos capaces. A los demás podemos decepcionarlos porque se forjan sueños acerca de nosotros y nos proyectan en lo ideal; Dios no se siente nunca decepcionado porque ama a quien soy hoy; Él no vive en el futuro ni en el pasado, sino en el presente. Él “es” el presente y me ve en mi realidad presente.
Jean Vanier, La fuente de las lágrimas
Jean Vanier, La fuente de las lágrimas