Sobradamente conocido es que la primera vuelta al mundo es la que da
Juan Sebastián Elcano en una epopeya sin precedentes y que se completa el día 6 de septiembre del año 1521, en una azarosa singladura que comienzan cinco barcos y termina uno, y que inician doscientos treinta y cuatro hombres y culminan dieciocho, a los que añadir una decena más que aunque no llegan en la nao Victoria, por caer presos de los portugueses en diversos momentos de la singladura, la acabarán completando cuando finalmente lleguen a España más tarde en unas circunstancias que glosaremos otro día pero que hoy ahora distraerían de lo que es nuestro objetivo hoy. Ahora bien, ¿quién da la segunda vuelta al mundo?
La historiografía atribuye el mérito al pirata inglés ennoblecido por la Reina de Inglaterra
Francis Drake, meritorio marino dicho sea de paso, el cual habría zarpado de Inglaterra con cinco barcos en diciembre de 1577, consiguiendo volver a su país con una única embarcación, la
Golden Hind, después de atravesar el Estrecho de Magallanes, atacando los puertos españoles de Valparaíso y El Callao, aún sin fortificar ante la inexistencia de enemigos para España por entonces en el Pacífico, y tras ascender a California, atravesar el Pacífico, llegar a Asia y desde allí continuar por las rutas portuguesas de retorno a Europa rodeando Africa, y llegando a Plymouth, en Inglaterra, el 26 de septiembre de 1580. Es decir, cincuenta y nueve años y veinte días más tarde de que lo hiciera
Juan Sebastián Elcano… ¡¡¡ahí es nada!!!
Pues bien, que
Drake da la segunda vuelta al mundo y no lo hizo un español, (pongo por caso), amén de ser lo que sostiene la mayoría de los historiadores, lo puede Vd. leer en la
Wikipedia en inglés, lo que después de todo no es tan raro siendo
Drake inglés. Que lo diga la
Wikipedia en español como así lo hace, debería constituir la prueba del nueve de que efectivamente fue
Sir Francis el autor de semejante hazaña, y no una persona de otra nacionalidad y menos aún español. Argumento que debería darse por bueno a no ser que se tome en consideración la ley historiográfica más importante y cierta que se ha escrito hasta la fecha, la
“Ley Antequera” (perdónenme la osadía) por virtud de la cual
“cuanto más probritánica es la historiografía británica, más antiespañola es la española” o en otras palabras
“el probritanismo de los historiadores británicos es directamente proporcional al antiespañolismo de los españoles”.
Ley que en este caso vuelve a mostrar su vigencia plena, pues efectivamente, la segunda vuelta al mundo no la da
Drake, sino mucho antes que él, cincuenta y un años antes que él para ser exactos, otros nueve españoles.
La historia comienza con la expedición que realiza
García Jofre de Loaysa y zarpa de La Coruña el 24 de julio de 1525 con siete barcos y 450 hombres, entre los cuales uno muy especial: ni más ni menos que el circunnavegador
Juan Sebastián Elcano, con la finalidad expresa de consolidar los conocimientos brindados por la singladura realizada por Magallanes-Elcano cuatro años antes.
La expedición será una sucesión de desgracias y contrariedades: el 30 de julio de 1527 muere
Loaysa y seis días después lo hace el propio
Elcano, que para colmo lo hace en una nave llamada
Victoria como aquélla en la que realizara la que se ha de computar como una de las grandes hazañas de la historia de la Humanidad. De los siete barcos, apenas uno llegaba a las Molucas, donde sus tripulantes son hechos prisioneros por los portugueses. Sólo dos años después, una vez que España y Portugal hubieron firmado el
Tratado de Zaragoza que ponía fin a la cuestión de las Molucas que enfrentaba a las dos potencias navales,
Fernando de la Torre y otros ocho españoles son liberados de sus cadenas y enviados a Lisboa, completando de esta manera tan accidentada la que debe reputarse como la segunda circunnavegación planetaria.
Y bien señores, así es la caprichosa historia y así se la hemos contado. Lástima que por muchos de Vds. que sean los que lean este artículo, difícil, por no decir imposible, será no tanto convencer a los ingleses de que no fue un inglés el que consumó la segunda vuelta al mundo de la historia, cosa que podría llegar a conseguirse, sino lo que es mucho, pero mucho más complicado: convencer a los españoles de que bien al contrario, fue un compatriota, o mejor dicho, nueve los que lo hicieron.
Y como siempre, que hagan Vds. hoy también mucho bien y que no recban menos.
©L.A.
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