Está arrasando en la red: casi seis millones de entradas. ¿El mensaje? El más sencillo del mundo: “violence is violence”, “violencia siempre es violencia”… ¡y nada más! ¿El método? Una cámara oculta y lo que salga.
Si deciden visionarlo y lo van a tener muy fácil porque lo tienen debajo, ya van a ver las distintas reacciones que suscita en la calle un hombre que agrede a una mujer, y una mujer que agrede a un hombre. ¡Ah! Y no echen en saco roto una cosa: la violencia que en el video ejerce la mujer contra el hombre es mucho más explícita, mucho más violenta valga la redundancia, que la que ejerce el hombre contra la mujer… Pues aún así.
El video ha sido lanzado por la asociación ManKind Initiative, que apoya a hombres víctimas de la violencia doméstica, en un país, el Reino Unido, que hasta la fecha es uno de los más afectados del mundo (incluso más que el nuestro, pinche aquí para constatarlo), por ese cáncer de la “igualdad progresista” que se basa en implantar en la sociedad el principio de la discriminación en nombre de la igualdad, y el principio de la presunción de culpabilidad de unos grupos sociales frente a otros en detrimento del principio universal de inocencia.
En el video se asegura que un 40% de las víctimas de la violencia doméstica son hombres. Ignoro las fuentes de las que se valen para hacer semejante afirmación. Los datos del Ministerio de Interior de Francia, donde la ley de violencia doméstica o familiar no discrimina entre hombres y mujeres, aseguran que en caso de asesinato, de cada siete víctimas de la violencia doméstica una es un hombre (pinche aquí si desea informarse sobre el tema). Pero es que si sólo fuera una víctima y no una sobre siete o cuatro sobre diez, aún sería más absurdo todo el esfuerzo legal que se hace para excluírla de la regulación legal, lo que es una prueba más que leyes como las que discriminan entre hombre y mujer para regular la violencia doméstica o familiar son leyes ideologizadas, que no pretenden combatir el problema que dicen querer combatir sino obtener una finalidad ideológica mucho más profunda: establecer que unas personas son más personas que otras, por muchas razones pero también en función de su sexo.
Que hagan mucho bien y que no reciban menos.
©L.A.
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