Cada versículo de los evangelios…, cada palabra que en ellos figura, es palabra de Dios, y si de entrada no se le encuentra sentido a alguna palabra o frase, no es porque no lo tenga, sino porque nosotros no se lo vemos. Es entonces, cuando aceptando con humildad nuestra ignorancia, le pidamos al Espíritu Santo que ilumine con su luz divina, los sentidos de nuestra alma para que ella, utilizando nuestra mente o cerebro pueda ver lo que está oculto a los sentidos e nuestro cuerpo.

Una vez el Señor le dijo a un fariseo que le había preguntado sobre el amor a Dios: "32 Le díjo el escriba: Muy bien, Maestro; con razón has dicho que Él es único y que no hay otro fuera de Él, 33 y que amarle con todo el corazón con todo el entendimiento, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como así mismo, es mucho mejor que todos los holocaustos y sacrificios. 34 Viendo Jesús cuán atinadamente le había respondido, le dijo: No estás lejos del reino de Dios”. (Mc 12,32-34). Y frente a este pasaje evangélico uno puede preguntarse: A que distancia estoy yo del reino de Dios. Honradamente nadie puede contestarse a esta pregunto, esto es un algo que solo Dios lo sabe.

Nosotros lo que si podemos saber y desde luego nadie lo ignora, es si caminamos en esa dirección o en la contraria, aunque también los hay, que están parados a la espera de tomar una decisión. Por otro lado, en este camina espiritual hay que considerar también con que entusiasmo caminamos. Los hay con muchas clases de entusiasmo e incluso los que caminan sin entusiasmo. Los hay que caminan con duda de si se salvarán y otros inconscientes, con la certeza de que ellos están ya salvados y es de ver en este caso, que más seguridad tiene de salvarse aquellos, a los que  más les preocupa el tema, de su salvación, que el de aquellos otros, que ya se consideran con un pie en el cielo. Y que si se les preguntan, enseguida te sacan a relucir la misericordia divina. Porque inconscientemente los hay que te dicen que nadie se va a condenar, porque Dios es muy misericordioso, pero se olvidan  o a lo peor no lo saben, que la misericordia divina, solo se genera si hay arrepentimiento.

Fulton Sheen nos habla de: “Aquellos que ahora odian a la Verdad y temen el Bien no están lejos del Reino de Dios. Están luchando contra él y saben, sin embargo, que la suya es una batalla perdida. Cuanto más violentamente odian los hombres la Verdad, más piensan en ella. Cuanto más temen el Bien que les requiere perfección, más saben que realmente es eso lo que están buscando. Como Nuestro Señor dijo a Pablo: “Es inútil dar coces contra el aguijón” (Hech 9,6). El aguijón era un clavo al final de un venablo, con el que se aguijoneaba al burro cuando retrocedía y se negaba a  adelantar. Nosotros como Pablo, retrocedemos cuando Dios nos aguijonea hacia ese destino más glorioso que nos espera”.

          En el caminar hacia el reino de Dios, absurdamente tenemos miedo de que la gloria futura, que tendremos, que es un bien mucho más grande de lo que ahora tenemos, nos quite eso lo que ahora tenemos, unos bienes caducos y raquíticos, pero a los que estamos totalmente apegados. Y esta es una de las razones por la que no queremos morirnos, porque absurdamente amamos más lo que ahora tenemos que lo que esperamos, nos aplicamos e refrán de que: Más vale pájaro en mano que ciento volando.

       Por otro lado también existe el temor a lo desconocido y a este respecto Santa Teresa de Lisieux decía: ¡Pero como voy a tener miedo de encontrarme con quien tanto amo? Hay pues dos razones que nos hacen temor la muerte: El apego a esta vida y el miedo a lo desconocido y las dos razones son fáciles de combatir con una fórmula muy sencilla: Más fe y más amor.

            Si se tiene fe de verdad, ella nos hace saber que lo que esperamos, es muy superior a lo que aquí en esta tierra llamada Mundo tenemos. Solo puede existir una razón que le frene a un alma el deseo de morir, y es el deseo. de que ante todo, se someta todo a la voluntad del Dios, incluido sus propios deseos de llegar a Él cuanto antes. Aquí el amor actúa al unísono con la fe, Si amo a Dios, amo todo lo que sea su voluntad incluido el caso de que esta vaya contra la mía, porque quien llega al cielo, carece ya de voluntad propia, su voluntad queda absorbida por la divina.

El camino que estamos recorriendo, tiene sus inconvenientes y dificultades. Nunca para nadie su vida ha sido un camino de rosas, ni en otros tiempos ni ahora. Cada uno estamos recorriendo el camino que Dios ha dispuesto, para cada uno de nosotros, pues todos somos criaturas irrepetibles llamadas realizar una función específica en este mundo, una función que nosotros mismos ignoramos cuál es. Y somos también criaturas irrepetibles. pues nadie antes ni después de nosotros, tendrá una vida rodeada de las características y circunstancias de la nuestra, que son las que Dios ha querido que tengamos para cumplir de buena gana o a disgusto, lo que Dios desea de nosotros pues para ello nos creó. Y hablo de realización de nuestra función de mala gana, pues Dios ya lo sabe de antemano, cuál va a ser nuestra actitud, a Él nada le coge de sorpresa.

            Actualmente las dificultades que encontramos a lo largo de nuestro camino, hacia el reino de Dios, son distintas de las de otras épocas. La falta de un sentido del pecado, es un mal muy extendido hoy en día y propicia muchas condenaciones. Es muy frecuente escuchar: ….pero si lo hace todo el mundo o aquello de que, el que roba a un ladrón tiene cien años de perdón. Nuestra conciencia siempre tiende a la auto justificación y si nos quedamos con algo que no es nuestro, enseguida buscamos argumentos que nos permitan no tener que devolver lo que no es nuestro.

            Nuestro camino o mejor dicho, el resto de camino que nos queda por transitar, lo tenemos delante de nosotros, no miremos para atrás, sea como haya sido el camino recorrido. El Señor le dijo a los que querían seguirle: "57 Siguiendo el camino, vino uno que le dijo: Te seguiré adonde quiera que vayas. 58 Jesús le respondió: Las raposas tienen cuevas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza. 59 A otro le dijo: Sígueme, y respondió: Señor déjame ir primero a sepultar a mi padre. 60 Él le contestó: Deja a los muertos sepultar a sus muertos, y tú vete y anuncia el reino de Dios. 61 Otro le dijo: Te seguiré, Señor, pero déjame antes despedirme de los de mi casa. 62 Jesús le dijo: Nadie que, después de haber puesto la mano sobre el arado, mire atrás es apto para el reino de Dios”. (Lc 9,57-62).

            Para recorrer con éxito el camino sin equivocarse, solo hay una receta infalible que es, la de obrar constantemente con Fe y con Amor al Señor, lo demás nos vendrá siempre por añadidura.

Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.

  1. Libro. ENTREGARSE A DIOS.- www.readontime.com/isbn=8460975940
  2. Libro. LA HUELLA DE DIOS. Isbn.- www.readontime.com/isbn=9788461164523
  3. Libro. CONVERSACIONES CON MI ÁNGEL.- www.readontime.com/isbn=9788461179190
  4. Libro. DEL MÁS ACÁ AL MÁS ALLÁ.- www.readontime.com/isbn=9788461154913
  5. Libro. RELACIONARSE CON DIOS.- www.readontime.com/isbn=v
  6. 360d.-  El Éxodo israelita y el nuestro          22-05-11

La fecha que figura a continuación de cada glosa, es la de su publicación en la revista ReL, en la cual se puede leer la glosa de que se trate.

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