A la atención del sr. don Miguel Ángel Arias Cañete, sra. doña Elena Valenciano, sr. don Alejo Vidal Quadras, sr. don Rafael López Diéguez y señores candidatos del resto de partidos políticos españoles ante las elecciones al Parlamento Europeo:

Les escribo estas líneas con un nudo en la garganta, una arcada en la conciencia y una punzada de ira en la boca del estómago. Hace días que el grupo terrorista islamista Boko Haram mantiene secuestradas a un grupo de casi 200 adolescentes nigerianas. Según las informaciones más fiables, que incluyen el relato de algunas jóvenes que han conseguido escapar, las chicas están siendo torturadas, golpeadas, violadas incluso 25 veces al día, obligadas a convertirse al Islam y degolladas en caso de negarse, para que se desangren como animales en un bosque de Nigeria. Es probable que, cuando ustedes lean esto, los captores islamistas ya hayan comenzado a venderlas como esclavas por entre 9 y 12 euros, tal y como anunció el mefistofélico y repugnante líder de la guerrilla que se las sacó por la fuerza de su internado escolar. La mayoría de estas jóvenes son cristianas y están siendo educadas según los principios y valores civiles, culturales, sociales, filosóficos y morales que ustedes, señores candidatos al Europarlamento, dicen defender para Europa. Esa, ¡esa! es la razón del ataque de Boko Haram, cuyo nombre significa “La educación occidental es pecado”.
Han pasado varios días del secuestro y aún estoy esperando a que uds. digan algo al respecto. ¿Qué clase de Europa miserable y mezquina es al que quieren construir, señores, tan incapaz y endeble que ni levanta la voz contra esta tropelía, ni propone una acción para evitar el avance de esta maldita guerrilla de demonios, ni exige la liberación de estas jóvenes inocentes? ¿Es que no tienen nada que decir al respecto, ustedes que aspiran a ser prebostes de Europa?

¿Imagina lo que debe sentir, señor Arias Cañete, del PP, un padre que sepa que a su hija la están violando 25 veces al día, es decir, más de una vez cada hora del día? Repito: niñas de 12, 13, 15, 16 años violadas 25 veces al día. Y entonces, ¿por qué no dice ni hace ni hace hacer nada?



¿A qué espera, señora Valenciano, del PSOE, para defender la dignidad de estas jóvenes secuestradas, golpeadas, torturadas, encadenadas y degolladas sólo por ser cristianas? Repito, señora Valenciano, sólo por ser mujeres cristianas.


¿Qué pasaría, señor Vidal Quadras, de VOX, si fuesen 200 niñas belgas las secuestradas para ser vendidas? Entonces, ¿es que su vida vale menos por ser negras de Nigeria



¿Por qué, señor López Diéguez, Impulso Social no reclama ayudas (y no sólo económicas) a la cooperación y al desarrollo que incluyan mediaciones internacionales para estos casos, incluso con el envío de tropas en misión de paz?



Señor Meyer, de IU, ¿a qué espera para exigir que la Comunidad Internacional denuncie y combata de verdad la maldita y sanguinaria expansión revolucionaria de Boko Haram, cuyos miembros estarían deseosos de degollar a su hija, a su madre o a sus compañeras de partido como a un animal de granja?

¿Qué autoridad y qué contundencia en la defensa de los derechos humanos quiere para la Unión Europea, señor Nart, de Ciutadans, si Europa mira para otro lado en la sistemática violación de las libertades de los cristianos en los territorios dominados por el Islam y en aquellos países africanos donde se extiende la Yihad?


¿Cómo es posible, señor Sosa Wagner, de UPyD, que un candidato al Parlamento Europeo no proteja, garantice y exija la defensa de aquellos jóvenes, hombres y mujeres, que en cualquier lugar del mundo quieren educarse y formarse en los mismos mimbres que forjaron en su día la civilización occidental, hasta la fecha la más avanzada y respetuosa con los seres humanos, la misma que usted disfruta?

¿A qué espera, señor Tremosa, de Coalición de partidos nacionalistas por Europa, para exigir la libertad individual de estas 200 niñas cristianas, el derecho inalienable de los nigerianos a la vida y a gobernarse como pueblo según la ley que más respete sus derechos, cultura y conciencia, y a pedir que la Unión haga todo cuanto esté en su mano –que podría ser mucho- para acabar con la intolerable injerencia asesina de un grupo terrorista financiado por monarquías totalitarias y regímenes dictatoriales musulmanes, como Qatar o Arabia Saudí, y que se expande por África como un vertido de petróleo venenoso?

¿Por qué no dicen nada? ¿Por qué callan? ¿Por qué no actúan? ¿Por qué no exigen que la Unión Europea haga algo más que mirarse su egocéntrico y orondo ombligo?
¿Por qué no dejan de criticar las cuchillas de Melilla y hacen algo para acabar con los machetazos en Nigeria?

Espero su respuesta. Y más aún espero su actuación. Pero, sobre todo, lo esperan las 200 niñas que van a ser vendidas como esclavas, tras ser violadas y golpeadas por una jauría de bárbaros, o degolladas por no renunciar a su fe, en el peor de los casos.

José Antonio Méndez
Ciudadano soberano europeo. Elector.