El espectáculo continúa y todo resulta tan evidente que a uno se le quitan las ganas de escribir. Una vez se ha convertido el matrimonio en algo maleable a voluntad, sin ningún fundamento objetivo y enraizado en la naturaleza humana, es lógico que aparezcan nuevas "formas de matrimonio", a cada cual más pintoresca y disparatada. El último grito nos llega desde Massachusetts, donde han contraído "matrimonio" tres lesbianas. Que además, han anunciado, que están esperando un hijo, o sea, que ha sido lo que antes llamábamos una boda de penalty. Pero tranquilos, como ha declarado una de ellas "sólo porque no somos la típica configuración, no queríamos dejar de casarnos. Somos gente muy tradicional y ese sentido se reflejó en nuestra boda". Nos quedamos mucho más tranquilos.
¿Qué vendrá luego? ¿Cuatro, cinco? ¿Hombres, mujeres, niños, animales, cosas? Todo vale. Sería cómico si no fuera por las innumerables vidas rotas que van quedando por el camino.