En una vuelta de tuerca, el régimen comunista chino regula ahora los funerales católicos. No me extrañaría que, además, nos lo vendan como un paso más en el camino de la normalización de las relaciones entre la Iglesia y ese régimen que, según Mons. Sánchez Sorondo, “en este momento, lson os que mejor realizan la doctrina social de la Iglesia".
Tras los cierres de iglesias, la sinización forzosa o las restricciones sobre los menores, ahora nos informa UCA News de las restricciones a aplicar a los funerales:
"Los funerales cristianos han sido prohibidos en algunas zonas de China en las que el gobierno comunista chino ha empezado a aplicar una serie de reglamentos sobre las prácticas religiosas.
En la provincia oriental de Zhejiang, el gobierno ha puesto en vigor un conjunto de regulaciones sobre funerales que prohíbe a los sacerdotes asistir a cualquier tipo de rezo fúnebre fuera de un recinto religioso.
El gobierno afirma que las nuevas normas tienen por objeto "deshacerse de las malas costumbres funerarias y establecer una forma científica, civilizada y económica de los funerales".
"No se permite participar en ritos funerarios en los hogares” y "no se permite a más de 10 miembros de la familia del difunto leer las Escrituras o cantar himnos en voz baja", dicen las reglas.
Las nuevas reglas comenzaron a entrar en vigor recientemente, aunque fueron promulgadas el 1 de diciembre de 2019."
Me ha llamado la atención la neolengua empleada por el régimen comunista chino. No se trata de restringir libertades, sino de "establecer una forma científica, civilizada y económica" de funeral. Todo es por nuestro bien.
Y lo de no permitir que 10 personas lean la Biblia o canten himnos, en voz baja, eso sí, debe de ser el último grito en libertad y respeto a la dignidad humana. Habrá que ver si hay que hacer grupitos de nueve y cantar los himnos con voz atronadora.