Donato Contuzzi, sacerdote de la Hermandad de San Carlos, que lleva años desarrollando su labor en Taipei, explica en una entrevista a la revista Tempi que el gobierno de Taiwán ha incluido en el currículum educativo del país una asignatura de Doctrina Social de la Iglesia. Le decisión ha sido aprobada en el Parlamento por unanimidad. Y eso en un país en el que los católicos son el 1,3% de la población.
Los chinos de Taiwán reconocen así el valor del magisterio de la Iglesia en materia social, económica, política. Basta no ser sectario, aunque visto desde aquí parece ciencia-ficción.