Para empezar…, comenzaremos diciendo, que existen dos clases de misericordia: la divina y la humana. La distinción entre estas dos existentes clases de misericordias, la realiza el Diccionario de la Real Academia española (DRAE), cuando nos da cinco distintas acepciones de este vocablo, pero de ellas solo nos interesa la primera y primera y la cuarta que nos dicen: “1. f. Virtud que inclina el ánimo a compadecerse de los trabajos y miserias ajenos”. Y la otra, nos dice “4. f. Rel. Atributo de Dios, en cuya virtud perdona los pecados y miserias de sus criaturas”. Se distinguen pues dos clases de misericordias; la ejercida por Dios y la que es un reflejo de esta, que es la ejercida por los hombres.
Existe un mismo punto de partida de la misericordia divina y la misericordia humana y es el amor, porque ambas misericordias son fruto del amor, pero totalmente se diferencia en cuanto no existe punto de comparación entre el amor de Dios y el de los hombres. Dios es la única fuente de amor, el amor emana de en porque su esencia es el amor, San Juan evangelista escribe diciendo: “16 Y nosotros hemos conocido y creído en el amor que Dios nos tiene. Dios es amor, y el que vive en amor permanece en Dios, y Dios en É1. 17 La señal de que el amor ha llegado a su plenitud en nosotros, está en que tenemos plena confianza ante el día del Juicio, porque ya en este mundo somos semejantes a él. 18 En el amor no hay lugar para el temor: al contrario, el amor perfecto elimina el temor, porque el temor supone un castigo, y el que teme no ha llegado a la plenitud del amor”. (1Jn 4,18).
Si la misericordia es un fruto del amor, la misericordia humana emanará indirectamente del amor divino, pues el amor humano es solo un reflejo del amor divino que es la única fuente de amor que existe. Partiendo de esta idea, es de ver, que de entrada quien no ama a Dios es inmisericorde. Puede ser que realice actos que vistos desde fuera, parezcan misericordiosos, pero solo es misericordioso quien ama a Dios. Santa Teresa de Lisieux, manifestaba que Dios es solo amor y misericordia. Teresa escribe Jean Lafrance, ha comprendido maravillosamente lo que Dios esperaba de ella, la fe en la Misericordia y no en el sacrificio. Y a lo largo de los manuscritos no hará más que cantar las misericordias del Señor para con ella.
Pero el amor pide siempre correspondencia, las esencias del amor son la asemejanza y la reciprocidad. El que ama necesita ser amado por aquel, en el que ha puesto su amor el que ama, necesita que su amado le ame y si el amado no corresponde al amor de su amador, en este se borra su amor. Y e la misma forma que la misericordia es un acto de amor ella no se genera, si no hay otro acto de amor correspondiente en el que recibe la misericordia y es te es el arrepentimiento que dará origen a un perdón misericordioso.
Existe la equivocada idea de que Dios tiene que sr siempre misericordioso, se la pida perdón o no se le pida. La misericordia de Dios no se genera siempre y porque sí, tal como muchos equivocadamente creen. Dios es desde luego misericordioso, pero para que Él ejerza su misericordia es necesaria la existencia de un arrepentimiento y la humildad de pedir el perdón. En el confesionario, ningún sacerdote otorga ni puede otorgar una absolución al penitente, si esta no cumple con tres condiciones que son: Arrepentimiento. Propósito de la enmienda y Reparación del daño acusado, hasta los límites que se pueda hacer la reparación. El arrepentimiento es imprescindible para que se pueda ejercer la misericordia e el perdón que se otorgue. Decía San Agustín: “Nadie se lisonjee de impunidad fundado en la misericordia de Dios, porque habrá juicio: así como nadie después de convertido debe temer el juicio de Dios, pues este viene precedido de la misericordia”. La postura de San Agustín es clara y diáfana, previa a la misericordia divina, habrá un juico, sin juicio ni arrepentimiento la misericordia de Dios no nace. Más adelante en otro texto agustiniano podemos leer: “Aunque debes confiar mucho en la misericordia de Dios, debes también tener presente a toda hora su justicia. (…). Teme pues a su justicia si deseas alcanzar su misericordia”. Evidentemente Dios es misericordioso, pero también es justo. Misericordia y justicia, están siempre presentes en la voluntad divina. Si infinita es su misericordia, infinita es también su justicia.
Se oye mucho hablar de la misericordia de Dios como si el ejercicio de esta para con el hombre fuese un derecho adquirido por la humanidad, una especie de patente de corso divina para hacer lo que nos apetezca porque al final, Dios tiene la obligación de tener misericordia con nosotros, y olvidarse de nuestras fechorías de las cuales nos gloriamos. Ha sido siempre tanta la exaltación que con razón se ha hecho de la misericordia divina, que en muchas mentes, se ha distorsionado lo que es y cómo es la misericordia divina.
San Alfonso María Ligorio escribe sobre ste tema diciéndonos: “La misericordia de Dios es infinita; pero los actos de ella, o sea los de conmiseración, son finitos. Dios es clemente pero también justo”. Y también Jean Lafrance escribe diciéndonos: “Dios no es una especie de abuelo indulgente y bonachón que pasa la esponja sobre nuestras majaderías. Tiene demasiado respeto por nuestra voluntad para obrar así. No se puede hablar de la misericordia si no se cree en su justicia y en su santidad”.
Resumiendo diremos que nadie que se acerque a dios con humildad y arrepentimiento pidiendo perdón, quedar, defraudado, Pero nunca olvidemos que no tenemos ningún derecho adquirido Para la obtención de la misericordia divina, porque todo lo que Dios no da son siempre dones.
Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.
Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.
- Libro. LA HUELLA DE DIOS. Isbn.- www.readontime.com/isbn=9788461164523
- Libro. CONVERSACIONES CON MI ÁNGEL.- www.readontime.com/isbn=9788461179190
- Libro. DEL MÁS ACÁ AL MÁS ALLÁ.- www.readontime.com/isbn=9788461154913
- Libro. CONOCIMIENTO DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461179107
- Libro. MILAGROS EN LA EUCARISTÍA.- www.readontime.com/isbn=9788461179091
- 073l.- Llenos de miseria 26-10-09
- 341j.- ¿Tenemos miserias? 14-04-11
- 058s.- Aplicación de la misericordia 26-09-09
- 849j.- Misericordia divina y humana 23-01-1z
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