Nos dice el Señor…: “No todo el que dice: ¡Señor, Señor! entrara en el Reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que esta en el cielo”. (Mt 7,21). Y uno puede preguntarse: ¡caramba! Y porque es tan importante cumplir la voluntad de Dios, para entrar en el Reino de los cielos. Entonces, qué pasa con el cumplimiento de los diez Mandamientos, con las oraciones, los sacramentos y demás medios para salvarnos, si resulta que no amamos, la voluntad de Dios, ¿Qué pasa? ¿Uno ya no se salva? La contestación a estas interrogantes, es muy sencilla. Resulta que es imposible no amar a Dios si uno cumple los Mandamientos, ora y recibe los sacramentos que son fuentes y canales para recibir la gracia divina.
Es imposible querer a Dios sin amar su voluntad, si se ama a Dios se está amando su voluntad. También el Señor nos dejó dicho: “Yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor”. (Jn 15,10). El amor es un todo integrado, cabe decir amo del Señor lo bien que habla, pero no me gusta lo que dice. No te engañes, tú no le amas, tu solo te amas a ti y tomas del Señor lo que te conviene y repudias lo que te molesta y eso no es amor. El amor, repito ha de ser integro, porque el amor es una entrega incondicional y sin reserva alguna del que ama a su amado; su voluntad deja de existir y su deseo es realizar la voluntad del amado, es por ello que el Señor en distintas ocasiones nos dice: “…, mi comida es hacer la voluntad del que me ha enviado, y dar cumplimiento a su obra”. (Jn 4,34). “…, porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envío”. (Jn 6,38). “No se haga como yo quiero, Padre, sino como quieres Tu”. (Mc 14,36).
San Juan de la Cruz entre las varias características que tiene el amor, nos habla de la asemejanza, es decir de la fuerza que tiene el amor, para hacer semejantes a los que se aman. En el matrimonio si no se recorre un camino para semejarse uno con el otro, ese matrimonio terminará o rompiéndose o adocenándose convirtiéndose en dos extraños que viven en la misma casa, como si ella fuese un hotel pero no un hogar. La asemejanza requiere sacrificios, conseguir el amor del otro u otra, muchas veces no es un camino de rosas, pero las rosas cuando se les quitan las espinas, son bellas y olorosos y compensan los sinsabores pasados.
En el plano natural humano, la asemejanza es una unificación conjunta de las voluntades de los que se aman. En el plan sobrenatural, la asemejanza con Dios es la aceptación de su voluntad, es nuestra adhesión por amor a la voluntad divina, lo cual, lo mismo que en el plan humano requiere tiempo. Nosotros hemos venido a este mundo, como en varias glosas hemos dicho y explicado, para superar una prueba de amor a Dios y la asemejanza es condición indispensable para poder amarle. Si no le imitamos, si no tratamos de asemejarnos a Él, nunca podremos amarle.
Ya antes hemos escrito que el proceso de asemejanza trae consigo renuncia y estas traen consigo sacrificios. En el plano natural humano, no existe persona que no tenga su cruz y si carece de ella, tal como decía el Santo cura de Ars, el carecer de cruz, le hace a uno sospechoso de no pertenecer al rebaño de Cristo, nuestro salvador. En el plano sobrenatural, lo inteligente es aprovechar el valor redimitorio de todos los sufrimientos y sacrificios de nuestra cruz, para alcanzar una más perfecta asemejanza con el Señor.
Aquí abajo debemos de irnos preparando ya, para la unión de nuestra voluntad con la divina. Nuestra alma dispone de tres potencias, denominadas: Memoria, Inteligencia y Voluntad. Dos de estas potencias, cuando se alcance el Reino de los cielos desaparecerán y solo nos restará la inteligencia. La memoria, desaparecerá al entrar en la eternidad, porque en ella todo es presente, no existe ni el pasado ni el futuro y la memoria es el pasado, en este caso nuestro pasado. En cuanto a la Voluntad también nos desaparecerá integrada en la voluntad divina, que si bien ahora podemos buscarla y amarla, nunca podremos adquirir una perfecta integración de nuestra voluntad con la divina mientras estemos en esta vida.
Y esto es así, porque aquí hemos de tratar de conocer la voluntad de Dios con respecto a nosotros, saber en cada momento, que es, lo que Dios quiere que hagamos y esto no siempre nos resulta fácil, porque muchas veces tratamos consciente o inconscientemente de buscar una voluntad de Dios que se identifique con la nuestra. Pero en el cielo, ya hemos dicho que la Luz divina nos potenciará más nuestra inteligencia y entonces nos será fácil, conocer la voluntad de Dios.
Conformarse y aceptar la voluntad de Dios es muy importante, yo diría que imprescindible para alcanzar la vida eterna, pero hay algo más meritorio e importante todavía, que es el amar la voluntad de Dios. El que aspire a lo máximo que Dios tenga dispuesto para él, no debe de limitarse con aceptar y conformarse con la voluntad de Dios, sea esta cuál sea, sino que debe de amarla, de la misma forma, que debe de abrazar su cruz con toda el amor y la fuerza de su ser, porque
“Sea bueno o malo lo que recibamos,
de tus divinas manos viene
y es lo que nos conviene,
aunque no lo comprendamos”.
Dios nos ama de una forma tan infinita, como no puede ser de otra forma porque en Él todo es infinito, que no nos la podemos ni imaginar, y ese amor que nos tiene, le hace desea para nosotros lo mejor de lo mejor, lo que más nos conviene para llegar a esa eterna felicidad, para la cual Él nos ha creado y que nosotros no conocemos ni podemos imaginar. Por ello decía San Pablo: "Lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman". (1Co 9).
En el Kempis podemos leer: “Haz conmigo según tu beneplácito, y no desdeñes esta mi vida pecadora, que nadie conoce tan bien ni con tanta claridad como Tú solo. Concédeme, Señor, saber lo que se debe saber, amar lo que se debe amar, alabar lo que te es sumamente agradable, estimar lo que para Ti es precioso, despreciar lo que es sórdido a tus ojos”.
Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.
Otras glos as o libros del autor relacionados con este tema.
- Libro. ENTREGARSE A DIOS.- www.readontime.com/isbn=8460975940
- Libro. CONOCIMIENTO DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461179107
- Libro. LA SED DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461316281
- 350l.- Voluntad y deseo 02-05-11
- 394v.- ¿Amo yo tu voluntad, Señor? 29-07-11
- 614j.- Voluntad divina, voluntad humana 11-10-12
- 672l.- Asumir la voluntad divina 04-02-13
- 590v.- Hagase tu voluntad… 24-08-12
- 807j.- Aceptar lo que somos 31-10-13
- 570d.- Aceptar la voluntad del Señor 15-07-12
- 331v.- Cumplimentar su voluntad 25-03-11
- 534v.- Señor, ¿cuál es tu voluntad? 04-05-12
- 701m.- Tu voluntad Señor 02-04-13
- 882d.- Amor a la voluntad de Dios 30-03-14
- 756d.- Conocer tu voluntad Señor 21-07-13
- 859x.- # Nuestro conocimiento de la divina voluntad 12-02-14
- 789x.- Luchar por servirte 25-09-13
La fecha que figura a continuación de cada glosa, es la de su publicación en la revista ReL, en la cual se puede leer la glosa de que se trate.
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