Aunque está claro que la Santa Sede tiene un solo vocero titular y, por ende, oficial. En este caso, el P. Federico Lombardi S.J., lo cierto es que alrededor de la figura del Papa Francisco todos quieren constituirse como intérpretes y voceros de lo que diga o haga en un momento dado. De ahí surgen las lecturas distorsionadas que tanta confusión han causado entre los cristianos de calle, así como los titulares mal intencionados de algunos medios que incluso tienen el descaro de autodenominarse expertos en información religiosa. A un año de haber asumido la cátedra de San Pedro, podemos darnos cuenta que -a diferencia de lo que se dijo durante los primeros eses- no ha hecho nada que ponga en tela de juicio su firme adhesión a la fe de la Iglesia Católica.

 

  Para evitar quedarnos en lo que dicen que dijo el Papa, lo mejor es acudir a las fuentes originales. Existen muchas webs serias; es decir, comprometidas con la difusión de los videos, discursos y otros documentos pontificios. Por ejemplo, la página del Vaticano, ACI prensa, Religión en Libertad, Infocatólica, etcétera. ¿Cuál es la ventaja de escuchar directamente al Papa? Que nadie nos podrá “vender” algo distinto a lo que verdaderamente haya expresado sobre el rumbo de la Iglesia en el mundo de hoy.

Quienes seguimos de cerca la hoja de ruta que ha inaugurado el Papa Francisco, podemos identificar perfectamente cuando un titular arranca una frase sensacionalista para desvirtuarle y, desde ahí, alcanzar un cierto grado de legitimización. De hecho, muchos sectores progresistas es lo que han estado haciendo una y otra vez, como diciendo: “el Papa está de nuestra parte”, cuando -en realidad- tenemos a un sucesor de Pedro libre de toda ideología o postura extrema. En realidad, es un líder que ha reivindicado el papel del equilibrio; sobre todo, en la dimensión pastoral y doctrinal. Por lo tanto, nadie -fuera del P. Lombardi y su equipo en otras lenguas- puede sentirse vocero de la Santa Sede. La claridad y principios éticos de los medios de comunicación son fundamentales para una sociedad informada y bien formada.

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