Un buen libro es un aliado.
Un buen libro, una buena biblioteca, es fundamental.
Los libros nos elevan, nos muestran horizontes nuevos, permiten aprender.
¡Cuanto más se lee mejor! Sí, cuanto más lee, mejor. Sin embargo, parece que cada vez se lee menos, o se lee un único libro y se cree alguien que ya es un experto por conocer un libro sobre un tema.
Los libros son fundamentales. Diversos temas, diversos autores, diversos enfoques... para que el lector piense por sí mismo, analice, contraste y rece. Sí, rezar. Un buen libro (incluso una novela, un libro de historia o similar) nos eleva a Dios mediante la petición o la acción de gracias.
El nivel de incultura generalizado no fomenta el hábito de la lectura abundante. Repito, abundante: no un libro de vez en cuando, un best-seller "obligatorio", sino la lectura de la mayor variedad posible con espíritu crítico.
¡Qué buen amigo es un libro!
"Decía el Venerable Papa Pío XII que el oficio de un buen libro es educar a una comprensión más profunda de las cosas, a pensar y a reflexionar.
Dios mismo ha querido que el Verbo asumiera nuestra débil naturaleza para hacerse comprensible y cercano a los hombres, y ha dispuesto que la única y eterna Palabra divina se expresase, por inspiración del Espíritu Santo, en palabras humanas que pudieran ser plasmadas en forma de libro para que, a través de las Sagradas Escrituras, pudiese llegar a todos la Buena Noticia de la salvación. Que Él les conceda a todos contribuir eficazmente a conservar y difundir también en lo mejor del espíritu humano a través de los libros, legado perenne para todos los hombres" (Benedicto XVI, Mensaje a la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, Rep. Dominicana, 5-mayo-2011).
Perdamos el miedo a los libros: afrontemos sus retos, crezcamos en crisis de madurez con nuevas ideas, nuevos paisajes. Hagámoslo con apertura de espíritu y sin prejuicios, pensando a la vez que leemos.
Cuando la civilización romana decayó, la cultura se salvó gracias a los libros custodiados y copiados en los monasterios benedictinos. Así se transmitió el patrimonio cultural. Y hoy, en plena crisis y decadencia, se salvará mediante los libros.
¡Adelante!