Si el sector cinéfilo de FAES invitara al presidente de la Academia de Cine, González Macho, a un acto en el que se despotricara de la versión española del séptimo arte estaría por ver que don Enrique pisarade nuevo la fundación después de la primera encerrona. Por eso resulta incomprensible que quienes urden un acto para insultar a Wert se indignen por la ausencia del ministro de la gala de los premios Goya. Viene a ser como si los matones de la clase protestaran airadamente ante el jefe de estudios por la baja psicológica inducida del alumno de las orejas grandes. 
Wert no parece un hombre que se amilane así como así, pero si Gary Cooper suda en Sólo ante el peligro y John Wayne se parapeta en Río Bravo es lógico que alguien sin pistola tome también sus precauciones. El gremio de la claqueta considera, sin embargo, que el ministro debía de haber escuchado el desprecio a su gestión con cara de circunstancias, que no es la del que oye llover, sino la del que a su pesar recibe la tormenta a porta gayola.