Hace unos días leía un artículo sobre un programa televisivo londinense que saldrá a la luz este año. Programa que será liderado por un conocido presentador de televisión declarado abiertamente “gay”. En este documental este presentador se someterá él mismo a varios “tratamientos” de terapia reparativa y posteriormente pasará por un "detector de mentiras sexuales" (no tengo muy claro qué es esto). Igualmente pasarán por este mismo proceso personas que "aseguran" haber modificado su orientación sexual tras participar en alguna de esas terapias.
Según leía el artículo me asaltaban cantidad de
preguntas: ¿cuál será el objetivo de este documental? ¿Qué puede motivarles a la realización de este programa? Será que este presentador en el fondo quiere conocer un poco más sobre la terapia y verificar por sí mismo que esta funciona de verdad, ya que no se atreve y necesita “probarlo” en otros?
No quise dedicar mucho más tiempo a esto pero eso sí, me hice dos reflexiones: “Qué manera de ignorar y despreciar el sufrimiento de tanta gente” y también me “sorprendí” de la potencia mediática de algunos para engañar y confundir.
Qué triste que bajo la bandera del “permisivismo” y la reclamación de los derechos de libertad, solo se lo apliquen a ellos mismos y todo lo que tenga olor a RESPETO y opción LIBRE quede al margen de sus consideraciones.
Dicho esto, quiero recalcar que las voces que reclaman estos derechos tan flacos y carentes de libertad, no son el eco de la gran mayoría del colectivo y menos de los que no están contentos con su atracción al mismo sexo.
Llevo un periodo de tiempo escribiendo en este espacio de ReligiónenLibertad sobre la atracción al mismo sexo, la homosexualidad, sobre el respeto que se merece TODO ser humano simplemente por serlo, ya sea que tome la decisión de "salir del armario" o la opción de conocer otras opciones. He recibido un gran número de comentarios, preguntas inquietudes compartidas, petición de oración, de ayuda y orientación sobre el tema. Tanto de padres de familia, formadores, jóvenes o adultos.
¿Qué he percibido en todos ellos?
Una gran carga de sufrimiento y dolor interior, confusión y cansancio, vergüenza, rechazo e insatisfacción. Por otro lado, la ilusión profunda por descubrir una salida, el deseo de recibir unas palabras de apoyo y de orientación, la esperanza, interés por aprender sobre una terapia que todavía desconocen y de la que acaban de oír casi por casualidad después de tantos años viviendo…sin saber que existía.
Conocer sobre estos proceso trae una serie de reacciones lógicas en homosexuales o persona con atracción al mismo sexo no deseado que quiero comentar:
- La reacción del que está desgastado por la lucha interior que lleva dentro, que escucha con cierta pasividad cargada de incredulidad y que reduce el posible interés natural a una curiosidad meramente intelectual, concluyendo que su batalla ya está perdida; es el conformista.
- La reacción del que anestesiado por la incredulidad, no da un paso a otras opciones, no se atreve, no se cree capaz, se limita a decirse a sí mismo: “una simple terapia o un proceso de acompañamiento no podrá acabar con tanto dolor en mi vida, como si fuese tan fácil y con una varita mágica se lograse, demasiado bonito para ser real”. El incrédulo y escéptico.
- La reacción del que ve las nuevas expectativas que se abren en su vida, otras opciones de vida, poder aligerar el paso, sentirse como los demás, vivir con autenticidad su vida. El esperanzado.
- Todo cambio trae consigo inseguridades, dejar a un lado el terreno conocido y confortable para entrar en lo desconocido, en un ambiente “desprotegido” por el momento. Sentir que me asomo al precipicio de mi vida y dudo si no será mejor quedarme como estoy. El temeroso.
- El que ve el “cielo abierto” al conocer que existe una solución para él/ella. De la misma manera que se entusiasma, empieza automáticamente a levantar muros de piedra entre la solución y su realidad terminando por sucumbir, fruto de su inseguridad en el éxito. El inseguro.
- El que sabe que quiere dar el paso a algo nuevo, pero que no ve el momento de empezar, posponiendo su decisión día tras día, año tras año, con un eterno ”mañana lo haré”. El indeciso sin prioridades.
Leo en las expresiones de cada persona que inicia el proceso un reflejo de algunas de las reacciones que he descrito, quizás no de todas pero sin duda algunas.
Dar el paso al Coaching de Identidad no es una decisión espontánea, es fruto de una reflexión que lleva a un compromiso firme y libre.
La buena noticia es que el proceso de Coaching de Identidad ya en si mismo ayuda a la persona a crecer en diferentes dimensiones.No es un proceso centrado en la homosexualidad como tal, sino en las causas que han desembocado en un problema de identidad.
El proceso desde el inicio va diluyendo esas reacciones que he ido describiendo como las inseguridades, el miedo y las dudas. A lo largo del mismo, la persona va descubriendo aspectos esenciales para su crecimiento y desarrollo personal que quizás no era capaz de ver por permanecer hasta ahora “velado” y que serán más adelante los cimientos que consoliden su “nueva” identidad.
Si quieres conocer la terapia de cambio o tienes alguna pregunta o comentario puedes ponerte en contacto conmigo en: bloginfo.ams@gmail.com