El robo de la reliquia con la sangre del inminente santo Juan Pablo II ha traído a mi memoria la anécdota referida por don Gabriele Amorth, exorcista oficial del Vaticano, durante nuestra larga conversación en Roma para mi libro Así se vence al demonio.
 
Mientras exorcizaba a una persona poseída por Satanás, don Gabriele preguntó al demonio por qué retorcía tanto el cuerpo de su víctima cada vez que invocaba a Juan Pablo II y al Padre Pío.
 
Satanás, aun siendo el padre de la mentira, dijo entonces la verdad: “Porque son dos grandes santos”.

Sin ser policía ni nada por el estilo, no me cabe la menor duda de que el robo de la sangre del beato Juan Pablo II está relacionado con alguna secta satánica de las más de 8.000 que existen hoy por toda Italia.
 
Este "sacrilegio vampírico" coincide con la canonización, en abril, de uno de los mejores pontífices de la Iglesia Católica en toda su historia. Tampoco deben pasarse por alto las palabras de don Pasquale Corriere, presidente de la Fundación que custodia la iglesia del Santuario de San Pietro della Lenca, al pie de la montaña italiana de Gran Sasso, donde los ladrones irrumpieron llevándose una cruz y la ampolla con la sangre del todavía beato.
 
Don Pasquale Corriere advirtió que el robo ha coincidido “en el calendario satánico con el inicio del dominio del demonio Volac, evocado del 25 al 29 de enero”. Y recordó que el 1 de febrero, o sea pasado mañana, se celebra el nuevo año satánico. Más claro, agua.

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