Sí señor, en el V centenario de su muerte, el cual tiene lugar este año, pues murió sin duda en 1514, aunque no se sepa a ciencia cierta ni el día del año ni el lugar preciso en el que lo vino a hacer. Cosa distinta es que este país que es mala madre de sus buenos hijos, tenga a bien celebrarlo como merecería. Que lo haga o no, el centenario no lo mueve nadie de su sitio.
El gran
Vicente Yáñez Pinzón nace en Palos de la Frontera (Huelva) hacia el año 1462, el más joven de los hermanos
Pinzón en una familia no noble, pero sí acaudalada. Desde muy niño aprende de su hermano mayor,
Martín Alonso, como él uno de los mayores marinos de la época, el arte de navegar. Las primeras noticias sobre
Vicente lo sitúan en unos asaltos a naves catalanas y aragonesas que realiza con sólo 15 años. Casa con
Teresa Rodríguez, de quien tiene dos hijas.
Vicente se une a su hermano
Martín Alonso en el apoyo a la expedición de
Cristóbal Colón. Juntos visitan casa por casa en su Palos natal para enrolar a los más experimentados marinos de la zona, y participan en la financiación del descabellado viaje que culminará con el más grande descubrimiento que los siglos hayan conocido.
A
Vicente Yáñez corresponderá el mando de la
Niña, la embarcación que realiza el viaje más ágil y veloz, (
y de la que puede Vd. saberlo todo pinchando aquí) quizás por sus propias características, pero también y no menos, por la pericia de su comandante que realiza intervenciones fundamentales durante el periplo, como cuando es él quien sofoca las protestas de los marineros de la
nao Santa María que gobernaba el
Almirante.
En 1495, a la vuelta de América, lo encontramos preparando dos carabelas, la
Vicente Yáñez y la
Fraila, en la Armada que
Alonso de Aguilar, hermano del
Gran Capitán dirige a Italia y recorre las costas de Argel y Túnez.
Y el 19 de noviembre de 1499, le vemos partir una vez más de Palos, esta vez con cuatro carabelas costeadas a sus expensas, rumbo a América. Para situar la expedición en contexto, baste decir que ocurre entre el tercero y el cuarto viaje de
Colón.
Según la obra
“Las Décadas del Nuevo Mundo” del milanés
Pedro Mártir de Anglería a partir de testigos presenciales, pasadas las Canarias y las islas de Cabo Verde,
Vicente Yáñez toma rumbo sudoeste hasta perder de vista la Estrella Polar y cruzar el ecuador, adentrándose en el Hemisferio Sur, siendo, según hace constar
Herrera,
“el primer súbdito de la Corona de Castilla y de León [vale decir del mundo]
que la atravesó [la línea equinoccial]
” hazaña no menor para un marino de la época.
No es la única hazaña del marino de Palos, pues según indica
Bartolomé De Las Casas el
“26 de enero [del año 1500]
vieron tierra bien lejos; ésta fue el cabo que agora se llama de Sant Agustín [junto a Recife]
, y los portugueses la Tierra del Brasil: púsole Vicente Yáñez entonces por nombre cabo de Consolación”. Lo que convierte a
Vicente Yáñez en el verdadero descubridor del Brasil, adelantándose en tres meses al portugués
Pedro Alvares Cabral, que no llega sino en abril. Título que se ve refrendado por muchos de los documentos existentes de la época, de los que entresacamos dos: el del autor del primer mapa americano,
Juan De La Cosa:
“Este cavo se descubrió en año de mil y CCCCXCIX por Castilla syendo descobridor vicentiañes”.
Donde incluso habla de 1499 y no de 1500, como se ve, en lo que probablemente haya que reputar un error del marino cartógrafo que en ningún caso desmerece el resto de la información.
Y el del propio
Vicente Yáñez en los juicios colombinos el 21 de marzo de 1513:
“Este testigo es el mismo Vicente Yáñez Pinzón e sabe e es verdad que descubrió desde el cabo de Consolación, ques en la parte de Portugal e agora se llama de Sant Agustín, e que descubrió toda la costa de luengo corriendo al occidente la quarta del norueste que ansí corre la tierra e que descubrió e halló la mar dulce que sale quarenta leguas en la mar e laguna dulce e ansímismo descubrió esta provincia que se llama Paricura e corrió la costa de luengo fasta la boca del Drago”.
Cabe también a
Vicente el título de descubridor y primer explorador del río Amazonas, como señala el cronista
Gonzalo Fernández de Oviedo, que lo nombra
“el primero cristiano y español que dio noticia deste grand río”. Anglería sigue informando sobre el viaje de
Pinzón, su llegada al Orinoco, desde donde continúa hasta Paria, navega entre varias islas pobladas de caníbales, descubre la isla de Mayo, halla enormes árboles y hasta un asombroso animal marsupial.
De vuelta a España, los
Reyes Católicos firman con él una capitulación en la que le nombran Capitán y Gobernador de
“la dicha punta de Santa María de la Consolación y seguyendo la costa fasta Rostro Fermoso, e de allí toda la costa que se corre al Norueste hasta el dicho río que vos possisteis nonbre Santa María de la Mar Dulce, con las yslas questán a la boca del dicho río, que se nonbra Mariatanbalo”. Y es objeto de controversia si en ejecución del importante cargo recibido volvió o no a las costas brasileñas. Sí consta en cambio su presencia con posterioridad en América como Capitán General y Gobernador de Puerto Rico, la isla descubierta por su hermano
Martín Alonso durante el primer viaje de 1492.
Como quiera que sea, de vuelta en España para 1505,
Vicente casa por segunda vez, ahora con
Ana Núñez de Trujillo, y se establece en Triana, en Sevilla.
En 1508 le vemos realizar un último viaje en el que recorre las costas de Darién, Veragua y Paria, en las actuales Venezuela, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras y Guatemala buscando el paso hacia Asia sin encontrarlo. Y es que aún habrá de pasar un lustro hasta que otro gigante español,
Vasco Núñez de Balboa, descubra el más grande océano de la tierra (
pinche aquí para conocer los pormenores de la hazaña), descubrimiento cuyo V Centenario, ni que decir tiene que sin pena ni gloria, también ocurrió el pasado año. Todo lo cual no obsta para que
Vicente se adentre en el golfo de México y realice los que cabe considerar primeros contactos con la civilización azteca.
En 1514 se le ordena acompañar a
Pedrarias Dávila al Darién, pero
Vicente Yáñez se encuentra ya enfermo, tanto que según su amigo, el cronista
Gonzalo Fernández de Oviedo, morirá ese mismo año, sin que se conozca, como hemos dicho arriba, ni la fecha, ni el lugar en que es enterrado. No tiene más de 52 años.
Vicente Yáñez no es exactamente un desconocido y son muchas las calles españolas adornadas con su nombre. Pero junto a muchos otros como el de Brasil según hemos visto, le cabe indiscutiblemente una gloria en el mayor descubrimiento que hayan contemplado los siglos, el de todo un nuevo continente, que por lo que a él concretamente se refiere, ni los historiadores ni sus compatriotas hemos sabido realzar como merece, con una importancia que no me duelen prendas calificar como, por lo menos, idéntica a la de
Colón. Y como a él, a su hermano, Martín Alonso. Pero así somos los españoles, que se le va a hacer.
©L.A.
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