Algunos de Vds. se habrán dado cuenta: lo hacen todos los periodistas, casi sin excepción. Y no deja de ser un hecho curioso, porque a ninguno se le ocurre hacerlo igual con “cristianismo”, ni con “judaísmo”, ni con “hinduismo”, ni con “budismo” o con “sintoísmo”. Ni siquiera va escrito con mayúscula ese arcaísmo poquísimo utilizado hoy día, aunque recogido en el diccionario de la Real Academia, que es “mahometismo”, con idéntico significado a islam. “Islam”, sin embargo, siempre va con mayúscula, raro el periodista que no cae en tan inexplicable error.
Lo primero que hay que decir es que, no por frecuente o repetido, el uso es, en absoluto, académico, ya que según recoge con toda claridad el documento que debemos considerar de referencia al respecto, el Diccionario Panhispánico de Dudas editado por la Real Academia, “como ocurre con el resto de los nombres de religiones, no hay por qué escribir islam con mayúscula inicial”. RAE locuta, causa finita. Algo en lo que el español difiere de otras lenguas como el inglés, donde el nombre de las religiones sí se escribe con mayúscula, o, por supuesto, el alemán, donde todos los sustantivos, tanto comunes como propios, también las religiones, se escriben igualmente con mayúscula.
Cabe preguntarse por la razón, que, aunque escape del sentido común, alguna existirá cuando el uso es tan unánime.
La primera que me viene a la cabeza es el puro desconocimiento de los periodistas a propósito del hecho de que las religiones en español se escriben con minúscula, un desconocimiento que, sin embargo y paradójicamente, no se produce cuando de las demás religiones se trata, ni siquiera a la que sigue siendo la mayoritaria en estas latitudes, el cristianismo.
La segunda puede estar relacionada con esa morfología tan característica de la palabra, poco “española” si me lo permiten Vds., con esa “m” final tan impropia de nuestra lengua, ese femenino aparente en “a” que sin embargo es masculino… una especie de extranjerismo que contribuiría a nublar la mente de nuestros ya de por sí anublados periodistas.
La tercera sería esa fascinación que la religión islámica opera en tantos periodistas que son los que dan forma a la llamada “opinión pública”, todos ellos “progresistas” faltaría más, y a los que los que no lo son “tanto” no se atreven ni a toser. Si aquéllos lo escriben con mayúscula, ¡cómo no lo van a hacer éstos!
Y existe también una cuarta posible razón, que se me antoja la más probable, relacionada con el respeto desmesurado rayano en el miedo que algunas interpretaciones del islam producen, con la radicalidad que algunos de sus practicantes profesan -ni muchísimo menos todos, ni siquiera una mayoría-, y los sanguinarios atentados de llevan a cabo.
En cualquier caso, un uso no sólo desacertado sino directamente incorrecto. Islam, si no empieza la frase como hago yo justo en ésta, se escribe con minúscula: como “cristianismo”, “como “judaísmo”, como “catolicismo”, como “calvinismo”, como “anglicanismo”, como “sunismo”, como “chiísmo”… como “islam”. Al menos en español.
Que hagan Vds. mucho bien y que no reciban menos.
©L.A.
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