Herodes, hoy, es el laicismo sibilino que entona cantos de sirena para atraer a los creyentes con el embuste de que él también se da paseos el que anduvo en el mar. El laicismo utiliza la piel de cordero cuando invita al católico inocente a mirar con sus ojos a Cristo, que es un modo de ver a Jesús como a un hombre bueno y puede que santo, pero hijo de José, no de Dios, por lo que conviene utilizar la santa astucia con esta gente para que no capte que el católico pone la otra mejilla no más que para que el laico tenga las manos ocupadas.