La progresía esgrime que la película es propaganda del modelo de familia impuesto por el generalísimo, ese en el que las hijas mayores estaban destinadas a ser buenas esposas y los varones a estudiar en la Universidad Laboral de Gijón. Puede, pero la mía, que era de izquierdas, tenía mucha semejanza con el clan Alonso. Más que nada porque refleja a la perfección la alegría que emana de la infancia criada en un entorno idóneo. Habrá quienes no estén de acuerdo, pero serán lo mismos que consideran que Karina dedicó su estribillo clásico, estas flechas van contigo donde quiera que tú vas, a un novio falangista.