Anda estos días circulando por las redes un vídeo de una entrevista que Jorge Javier Vazquez hace a la religiosa argentina Sor Lucía Caram. No me gusta dar atención a estas cosas pero se ha hecho tan viral que si quiero escribir unas líneas al respecto.
Preguntada por el tema de si en la Iglesia ha de haber matrimonios de personas con atracción por el mismo sexo, ha dicho que sí, y ha dado el motivo literalmente de: "Dios siempre bendice el amor". No dudo que esta es una frase bonita para un titular pero es capciosa, venenosa y falsa.
No es cierto que Dios siempre bendice el amor. Pongo ejemplos fuertes para que se entienda mejor: ¿bendice Dios a ese marido que abandona a su mujer y a sus hijos para irse con otra mujer? ¿bendice Dios a esos que desde mayo del 68 vienen defendiendo que la pedofilia es una orientación sexual y que un adulto tenía que casarse con un menor porque "estaban enamorados"?
Cuando a Sor Lucía es preguntada por el caso concreto de dos hombres con atracción hacia el mismo sexo teniendo relaciones sexuales, responde literalmente: "si se quieren...". Yo me pregunto si diría lo mismo en los casos presentados anteriormente: "si se quieren...".
El minuto de vídeo viral da para mucho. Dice Sor Lucia también en la entrevista: "Jesús dice de no condenar a nadie". En realidad Jesús lo que dice es "no juzguéis". Hay mucha confusión en algunas personas en esto porque piensan que señalar que un acto está mal es juzgar. Pero no, decir que un acto está mal no es condenar a nadie. Condenar es entrar a juzgar la intención del corazón, es creerse mejor que la persona que lo comete, es ver su mota en el ojo y no la viga del propio.
Jesús mismo, que no condena a nadie, señala el mal y el pecado en muchas ocasiones, por ejemplo cuando dice que quien rechaza a su mujer y se casa con otra comete adulterio. Y cuando San Pablo habla del desorden de los actos homosexuales (no dice nada de la persona que siente atracción homosexual), no juzga a nadie, simplemente señala la acción como mala. No nos cansemos de repetir esto una y otra vez, la Iglesia no condena a la persona que siente atracción por el mismo sexo, pero señala las acciones como no ordenadas. Igual que la Iglesia no condena a nadie, pero nos da orientaciones y nos ayuda a reconocer con sus orientaciones lo que está bien y lo que está mal.
Se nota que el presentador quiere atacar al Papa y cuando no consigue la respuesta que quiere de la religiosa criticando al Papa pasa este a decir que el Papa es extraordinario. En realidad lo mismo le da la Iglesia y el Papa. Es un show de carnaza televisiva. Y cuando el show no tiene buenos resultados de visión, se cancela y se sustituye por otro que saque más podredumbre, haber si así lo ves más gente. De hecho esto ya ha pasado y el programa en el que estuvo Sor Lucía se ha cancelado ya.
Otro vendrá para tratar de obtener mejores resultados a toda costa. Pues eso, un mercado de despiece de carne. Me temo que Sor Lucía va por el camino de convertirse en otro juguete roto de la televisión, como hemos visto le ha pasado a otros religiosos anteriormente. Por unos minutos de fama se envenena y confunde a gente buena y se llega a perderlo todo. Ninguno estamos libre de eso, ni somos mejores, peo también en estas redes hay caminos de bien y de mal.