Somos muchos los que hemos oído acerca de la advocación de la Virgen Desatanudos muy recientemente y gracias al Papa Francisco, devoto y propagandista de esta bonita advocación. La historia sobre cómo se ha propagado esta advocación mariana en los últimos tiempos es curiosa: el joven Jorge Bergoglio, estudiante en Alemania, descubrió esta devoción bávara, Maria Knotenlöserin y de regreso a Argentina encargó una copia de la pintura original que se encuentra en la iglesia de San Peter am Perlach en Ausburgo.
Ya en Argentina, la pintura se colocó en la Parroquia de San José del Talar, en Buenos Aires, y desde entonces la devoción hacia la Desatanudos no ha dejado de crecer, llevando a la entronización de la Virgen el 8 de diciembre de 1996. Los días ocho de cada mes son más de 30.000 los peregrinos que se reúnen allí. Ahora, con la elevación al pontificado del cardenal Bergoglio, la devoción ha alcanzado resonancia mundial.
Confieso que la devoción a la Desatanudos me ha llegado al alma. Creo que hay varios motivos que la hacen especialmente atractiva y que me gustaría compartir con quienes leen estas líneas:
- parece muy apropiada para nuestros días, en los que todo está bastante liado. Hoy los nudos proliferan por doquier, en nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestras sociedades, y cada vez resulta más evidente que nosotros solos no somos capaces de desatarlos. Necesitamos a la Virgen Desatanudos con urgencia.
- en realidad la Virgen Desatanudos es una advocación de la Inmaculada Concepción, con la luna bajo sus pies. Ella no sólo desata los nudos sino que aplasta con su pie la causa de todos ellos: la serpiente fomentadora del pecado.
- me gusta pensar en que ha sido San José quien ha acogido a su Esposa en Argentina y desde allí la ha dado a conocer al mundo entero. Como leíamos en la web de la parroquia de San José del Talar, "San José trae a su esposa. El esposo de la Virgen, San José, tiene su parroquia en Buenos Aires: San José del Talar. Allí quiso llevarse a su esposa María para que fuese honrada".
- por último, aunque la advocación se haya conservado en Baviera (patria natal de Benedicto XVI), se remonta a los primeros siglos de nuestra era, en concreto hay constancia ya desde el siglo II, menos de cien años después de la muerte de los apóstoles. Como señala Taylor Marshall, san Ireneo de Lyon escribió que "el nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María. Por eso lo que la virgen Eva había atado con su indocilidad, la Virgen María lo desató con su fe"(Adversus haereses, 3, 22). Éste es uno de los primeros textos en los que se habla de María como de la nueva Eva y se hace el paralelismo entre la primera Eva, copecadora junto al primer Adán, y la nueva Eva, corredentora junto al nuevo Adán, Cristo. Como vemos, estamos ante una advocación mariana de potente contenido teológico y que se remonta al periodo patrístico y apela también a los cristianos separados de Oriente.
¡Gracias, Papa Francisco, por habernos dado a conocer a esta María Inmaculada Desatanudos!