Año del Señor 2020
28 de abril
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
COMO NIÑOS
Los niños han empezado a salir a pasear; con ello, familia y amigos del monasterio nos han compartido el momento en que los pequeños, después de tanto tiempo en casa, ponían los pies en la calle, por medio de fotos, anécdotas, vídeos...
Sus caras de asombro, su alegría... era como si la calle en la que siempre han vivido, el sol, el día, el aire... fuesen nuevos; las personas que les acompañaban se veían contagiadas por este asombro de los más pequeños, haciéndose partícipes de su alegría.
El asombro surge cuando nos maravillamos por aquello que nos rodea, muchas veces marcado por la novedad: un lugar nuevo, un acontecimiento diferente... Ahora, sin embargo, el asombro se da en cosas más cotidianas y esenciales: en un paseo con los niños, en ver a alguien por videollamada, en una conversación con esa persona con la que hacía tiempo que no hablabas... en esas cosas que eran cotidianas pero que ahora se han vuelto de alguna manera extraordinarias.
En lo cotidiano de lo que estás viviendo está el Señor, ¿y como verle? Viviendo en Acción de Gracias, recuperando esa mirada de niño, esa capacidad de asombro, y el corazón se ensancha y con ello eres más feliz a la vez que descubres al Señor en ello.
Hay una hermana que dice: “Yo miro la leche y doy gracias por el vaquero que la ha ordeñado, por la persona que se ha encargado de procesarla, por el que lo ha envasado, por el que lo ha llevado hasta el súper, porque tengo un vaso de leche hoy para beber”. Me encanta oírla, ¡eso es asombro!
Jesús tenía esta capacidad de asombro: cuando iba con los discípulos, se asombraba de las espigas, de los campos, de las personas... Vivía en Acción de Gracias al Padre.
Hoy el reto del amor es recuperar la capacidad de asombro. Pídele al Señor ojos para reconocerle en lo sencillo que hoy se te presente o que tengas a tu alrededor. Dale gracias e invita a tu familia a hacerlo también. Esta noche, juntaos en casa y, cada uno, dad gracias por tres cosas, gestos, momentos en las que hayáis visto al Señor. ¿Sabes? Esto lo hacemos todas las noches nosotras también en el Noviciado, de ahí sale el Reto, de vivir en Acción de Gracias pidiendo al Señor verle en lo que nos rodea.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
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