Mientras la revista Time entroniza a Francisco como personaje del año, Francisco se afana en demostrar que su reino no es de este mundo. Aún así, sigue siendo el rey, como evidencia el que su nombre sea el más citado en Facebook. La excepción es España, donde en esta red social manda el Real Madrid, lo que demuestra que aquí somos menos papistas que el Papa, que ya es decir, habida cuenta de que él mismo se denomina obispo de Roma en lugar de Sumo Pontífice.

Al hacerlo, Francisco anula la imagen deformada que la sociedad tiene del Papado, lo que le convierte sin fundamento en noticia, cuando la noticia es que a la sociedad se le ha caído el velo laicista de los ojos. Que un Papa poco papista genere portadas y titulares obedece a ese error periodístico de considerar noticia que el hombre muerda al perro, pero no que lo apalee. Quiero decir que un Papa poco papista es lo normal si se considera que los pontífices asumen el cargo, no como lo hace un consejero delegado, sino con la humildad de quien sabe que no es más que un obrero de la mies al que le han encargado que le eche un ojo a la viña y una mano a la Iglesia.