Al hacerlo, Francisco anula la imagen deformada que la sociedad tiene del Papado, lo que le convierte sin fundamento en noticia, cuando la noticia es que a la sociedad se le ha caído el velo laicista de los ojos. Que un Papa poco papista genere portadas y titulares obedece a ese error periodístico de considerar noticia que el hombre muerda al perro, pero no que lo apalee. Quiero decir que un Papa poco papista es lo normal si se considera que los pontífices asumen el cargo, no como lo hace un consejero delegado, sino con la humildad de quien sabe que no es más que un obrero de la mies al que le han encargado que le eche un ojo a la viña y una mano a la Iglesia.