Me insisten en que vaya a Medjugorje, pero la verdad es que no siento una necesidad imperiosa de viajar allí. Rezo, eso sí, el Santo Rosario en familia todos los días y me abandono a la protección maternal de María. Ella, como decía el Padre Pío, es el billete de entrada al Paraíso. Si le encomiendas tus proyectos e inquietudes, Ella lo pensará todo.
Doy gracias a Dios por las conversiones en Medjugorje pero reconozco mi debilidad por Fátima. En Fátima se palpa la presencia de la Virgen y allí me escapo cada vez que puedo con mi mujer e hijos. La Virgen de Fátima curó al Padre Pío y a Juan Pablo II. Ella también nos espera allí, aunque María sólo hay una.
Más información en:
https://m.facebook.com/josemariazavalaoficial?id=178634178967923&_rdr