Como generar confianza en los hijos
La generación de confianza está íntimamente unida a la coherencia personal.
Es la resultante de otras virtudes, como pueden ser la veracidad, la templanza, lo cual implica dominio de uno mismo, la coherencia y otras.
La coherencia tiene que ver con intentar vivir los valores que uno dice tener y defender.
Actualmente la confianza es un valor escaso.
La escasez de valores es grande y el individualismo hace que el valor más perseguido sea lo que me interesa en cada momento. Se dice que los animales, solo ven de la realidad lo que les interesa y lo que les amenaza.
Si uno mira detenidamente la forma de vivir de muchas personas en nuestra sociedad veremos que se acercan mucho a ello, si es que no viven de la misma manera. Se toman decisiones personales sin valorarlas ni ponderarlas, sin querer saber las consecuencias que esas decisiones puede traer en ellos, en sus seres queridos, ni en quienes les rodean.
Se vive al momento porque si me paro a pensar puede ocurrir que o me ponga triste o pueda pensar que debería hacer aquello que no quiero hacer, en el fondo, porque me cuesta.
Se dice muchas veces que se ha pasado bien cuando se ha hecho lo que uno no debería hacer. Muchas veces no es verdad. Y, además , se intenta pasarlo bien cuando, mirando al lo mas profundo de nosotros, no tenemos ningún motivo para pasarlo bien. Eso decía Chesterton que era la frivolidad.
Pasarlo bien tiene mucho que ver con pasarlo bien después de haberlo pasado bien y ahí nos encontramos unos sufrimientos evitables muy grandes.
La coherencia no se vive, en primer lugar porque no se tienen valores, estos implican esfuerzo por mejorar y la necesidad de mejorar como persona no está muy arraigada en nuestra sociedad. O sea, muchas veces ni se tienen ni se quieren tener valores.
Podemos decir que no se le ve utilidad, todo el mundo se cree que son lo que ahora se llama buena gente. Pero habría que profundizar en ello. ¿Es ser buena gente dejar a una persona con la que uno se ha comprometido ante Dios, a cambio de unos sentimientos superficiales y pasajeros? ¿Es ser buena gente no educar a los hijos? Otros muchos ejemplos se podrían poner.
Como vemos en un mundo dirigido en buena parte por estos parámetros no es fácil generar confianza, la incoherencia navega de una manera continuada por las aguas mentirosas en las que vivimos.
La coherencia bien vivida genera confianza, pero para ello, repito, nuestros hijos tienen que saber cuáles son los valores, los motivos por los que vivimos y que esos motivos no son comprables con dinero.
Para vivir así hay que tener el deseo de mejora personal y espiritual porque creemos firmemente que nuestra vida tendrá sentido si vivimos de esa manera. Estar absolutamente convencidos de que para eso hemos nacido. Cuando no tenemos una respuesta profunda a la pregunta acerca de yo para que vivo, no tendremos un cómo vivir y nuestra vida deambulará en la arbitrariedad, que precisamente es lo contrario a la coherencia.
Esa es la razón última por la cual los padres pierden la autoridad tan pronto y los hijos se van de casa sin educar. Por la arbitrariedad y la resistencia personal que tenemos a vivir valores, aunque nos creamos lo contrario.
Cuando no se tiene un porqué para vivir, seamos claros, no sabemos qué hacer con los hijos. Por tanto, la coherencia genera confianza y la confianza genera compromiso, ¿compromiso con qué? Con los valores que intentamos nosotros vivir y que le han proporcionado a nuestros hijos esa confianza.
Hablar con los hijos EDICIONES Palabra
Podcast: ivoox
Canal: José María Contreras Luzón
Podcast La vida como es