García Lorca no quería ver la sangre de Ignacio sobre la arena, pero la Junta de Andalucía estaría encantada de encontrar la de Federico en Alfacar para echar el muerto ilustre al PP. Les será fácil en una región acostumbrada a denominar como cacique a todo aquel que no huela a rosa, sea un notorio o sea un obispo. De hecho, hace un par de meses un dirigente del PSOE de Córdoba dijo que lo único que sabe hacer la derecha es matar. De lo que se deduce que para este hombre Tiananmen es una plaza del barrio pijo de Brunete. 

Lorca es un verso suelto que estaría mejor en una tumba que en una cuneta, eso es cierto, pero su búsqueda no está apuntalada en la piedad, sino en el propósito de mostrar al mundo la barbarie de la derecha. No tanto la de Franco como la de Rajoy. Para tal fin se gastarán 10.000 euros en la primera fase y los que sean precisos en la próxima edición. De nada sirve que fracasara en la búsqueda hace 4 años. De nada sirve porque la Junta no busca al poeta para honrarle, sino para hacerle la foto del Che.