Ahora que por primera vez en la historia disfrutamos los católicos de un papa americano, tal vez sea el momento de preguntarse algunas cosas por lo que hace a la llegada de la religión cristiana al continente americano. Y una de las preguntas que surge así, al retortero, sin pensárselo muchas veces es: aunque no podemos saber cuándo se produjo la primera misa en Europa, ¿podemos saber, sin embargo, cuándo se produjo en América?
Pues bien, la respuesta a esta pregunta sí la conocemos. Nuestra fuente es ni más ni menos que Juan Pablo II, quien en su mensaje del 12 de diciembre de 1993, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, se dirigía a los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos de América para unirse a la celebración eucarística que les congregaba “en La Isabela, para conmemorar los 500 años de la primera Misa que selló el comienzo propiamente dicho de la Evangelización del Nuevo Mundo”. Recordaba entonces el pontífice:
“Fue sólo en el segundo viaje cuando, en la gran expedición “pobladora”, doce misioneros con el Vicario Apostólico Fray Bernardo Boyl llegaron a La Española, hoy Santo Domingo, el 22 de noviembre de 1493”.
Fecha de la que se cumplieron pues el pasado viernes, 520 años exactos.
Recordaba el añorado Papa Woytila que “en efecto, en la Instrucción Real se ordenaba al Almirante que ‘trabajase por atraer a los moradores de aquellas islas a la fe católica y que para dar impulso eficaz a la evangelización enviaba con él al Docto Fray Bernardo Boyl, ermitaño de Monserrat, que habría de efectuar la instrucción religiosa a los nativos’ (29-V1493)”.
©L.A.
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